Foto de Portada: El Panda Gigante (Foto: Redhistoria.com)

Con un millón de especies en peligro de extinción debido a la destrucción del planeta por parte de la humanidad, según un informe histórico de la ONU publicado el lunes, ha habido escasos éxitos de conservación en los últimos años.

Algunas criaturas que antes se encontraban al borde de la recuperación, como los pandas gigantes y el atún rojo, se han desempeñado bastante bien, mientras que los esfuerzos por salvar a otros, incluidos los tiburones y los cedros, se han quedado cortos.

Aquí hay algunos éxitos y fracasos en los esfuerzos de conservación.

Panda gigante

El panda gigante, originario de China, ha estado en la "Lista Roja" de especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) durante años. Decidido a proteger su tesoro nacional, el gobierno chino comenzó a replantar el bambú del que se alimentan los osos de forma exclusiva y organizó fondos para que los zoológicos alberguen pandas.

El panda se ha convertido en una especie de tótem para la conservación de especies, reconocido instantáneamente en todo el mundo. Sin embargo, sigue siendo clasificado como "vulnerable" con menos de 2.000 habitantes que se cree que permanecen en la naturaleza.

Buitre barbudo

El buitre barbudo, que puede alcanzar una envergadura de tres metros, casi había desaparecido en Europa a principios del siglo XX. Pero hace 30 años se convirtió en parte de un programa de reintegración en las montañas de Francia. Su población en Francia se encuentra actualmente en alrededor de 60 parejas.

Atún rojo

El atún rojo, un manjar principal de la cocina japonesa, fue diezmado por décadas de pesca excesiva en el Mediterráneo y el Atlántico antes de ser agregado a una lista de especies protegidas por la ONU.

Las nuevas cuotas y las medidas de protección han permitido que las poblaciones se recuperen en gran medida, aunque existen temores sobre la viabilidad a largo plazo de otros atunes pesqueros, incluido el rojo grande.

Rana de agua

Hasta hace poco, se pensaba que esta rana, indígena de Bolivia, estaba en vías de extinción con un solo espécimen conocido, un macho llamado Romeo.

Pero una expedición el año pasado descubrió un espécimen viviente, que fue nombrado Julieta. Se espera que la pareja se junte y salve a una de las especies más en peligro de todo mundo.

Cedros

Los poderosos cedros del Líbano se mencionan en la Biblia y se han adherido a las montañas a lo largo del Mediterráneo oriental durante siglos.

Pero como el cambio climático hace que los ciclos del agua sean menos confiables y traiga más plagas como insectos, los "Cedros de Dios" están bajo amenaza, como nunca antes.

En 2012, el Ministerio de Agricultura de Líbano lanzó un programa para plantar 40 millones de cedros para 2030. El árbol todavía está clasificado como "vulnerable" por la UICN.

Corales

Los arrecifes de coral cubren menos del 0.2 por ciento del lecho marino, pero soportan alrededor del 30 por ciento de toda la vida marina conocida. Están amenazados por el calentamiento de los mares, que matan a los corales y evitan la regeneración de los arrecifes, así como la contaminación, las especies invasoras y el turismo.

El panel intergubernamental de la ONU sobre el cambio climático, en un informe histórico en octubre pasado, advirtió que solo 1.5 grados Celsius (2.7 Fahrenheit) de calentamiento global podrían ver cómo el 70-90 por ciento de los arrecifes de coral de la Tierra se desvanecen.

Tiburón

Los tiburones han acechado los océanos durante más de 400 millones de años, pero ahora están bajo la amenaza de un depredador aún más devastador:  el ser humano.

De las 59 especies de rayas y tiburones evaluadas hasta ahora por la UICN, 17 están clasificadas en riesgo de extinción, ya que la sobrepesca y la destrucción del hábitat, continúan a buen ritmo.

Tortuga de Galápagos

Cuando "El solitario George" o Lonesome George, una tortuga gigante de 90 años en las Islas Galápagos, murió en 2012, también lo hizo su especie.

La población de tortugas gigantes de las islas fue asolada por piratas y cazadores furtivos en el siglo XVIII y las criaturas, que vivieron más de 100 años y tardaron décadas en alcanzar la madurez, no pudieron reproducirse lo suficientemente rápido para salvarse.

George fue el último macho e individuo conocido de Chelonoidis abingdonii, una de las especies de tortuga gigante de las islas Galápagos. Cuando ya se creía que la especie había desaparecido, George fue encontrado el 1 de diciembre de 1971 en la isla Pinta por el zoólogo húngaro de la Universidad de Harvard, Joseph Vagvolgyi. ​ El año siguiente se reubicó a George en la Estación Científica Charles Darwin, en la isla Santa Cruz,​ donde fue cuidado por Fausto Llerena en el Centro de Reproducción y Crianza de la Dirección del Parque Nacional Galápagos y se convirtió en un símbolo para las islas Galápagos y el mundo,​ ya que puso el foco sobre la preocupación en especies en peligro de extinción, habiendo sido considerado como el símbolo de los esfuerzos invertidos por el Ecuador y la comunidad científica internacional por conservar las especies amenazadas.​

Tanta exposición le permitió llegar a ser conocido por alrededor del 90 % de los visitantes de las islas, según una encuesta publicada en 2017. Con el objetivo de que sus genes fuesen conservados con descendencia, George permaneció encerrado junto con dos hembras de una especie similar (Chelonoidis becki), ​ sin embargo, a pesar de los muchos programas de reproducción, no pudo obtener descendencia antes de su muerte, por causas naturales, confirmando la extinción definitiva de Chelonoidis abingdonii.

Fuentes: France24 / Wikipedia