Simone y Alex en busca de un viejo conocido

«Asi que aquí estoy en el aeropuerto de Estambul listo para salir hacia Kathmandu«. Así abría Simone Moro su temporada invernal, a principios de diciembre. La idea, repetir el intento del año anterior junto a Alex Txikón en el Manaslu. Pero previo a eso, mucha actividad.

Entre esa actividad estuvo el senderismo por el Khumbu hasta el Ama Dablan, primera parada, para luego seguir viaje hasta el objetivo actual, el Manaslu, que el año pasado se les negó.

No es algo simple el Manaslu en invierno. No lo es en ninguna época del año, pero el invierno es muy particular. Lo podemos visualizar por estos días, en las imágenes que nos llegan, con una montaña muy cargada. Excesivamente cargada, y un clima que empieza, ya entrado el invierno, a hacer de las suyas.

Este tipo de empresa necesita, mas que la experiencia de los actores, hecho que lógicamente en este caso damos por contado, con un poquito de ayuda de la madre naturaleza. Tal como sucedió el año pasado con el K2, cuando al menos por un par de días, los planetas se alinearon.

Aquí hay menos despliegue. Mucha experiencia, pero menos despliegue, con lo cual, las posibilidades de éxito, junto con el interés por un objetivo superlativo, empiezan a ser interesantes.

Al principio de esta semana, el propio Simone informaba en un comunicado, aparte del arribo al campo base del Manaslu, algunos conceptos respecto a las condiciones climáticas y lo que puede esperarse en ese sentido.

«Hoy lunes 27 de diciembre estamos en el campamento base del Manaslu, a 4800m. Hace tres días que está nevando, esta noche, un poco menos. Así será por los próximos dos días, y después del 30, debería llegar un mes de buen clima. Mientras tanto, debemos ser pacientes».

Bueno, muy optimista Simone esperando un mes de buen clima, eso sería maravilloso, veremos como se comporta la madre naturaleza.

Por otra parte, Alex, publico recientemente un parte que va en este sentido: «Después de tres días sin parar de nevar, hoy por fin ha parado y ha salido el sol. Y aunque pueda parecer que ya podemos ponernos en marcha, nada más lejos de la realidad. Tenemos por delante mucho trabajo en el campo base, para volver a hacerlo habitable y seguro, ya que hay más de dos metros de nieve. Y que subamos para arriba, será muy muy duro, por la cantidad de nieve acumulada. Pero estamos a tope, trabajando en equipo y muy felices de volver a poder despedir el año desde el Himalaya».

Dos hombres muy duros, con mucha experiencia acumulada. Tanta como la nieve que se les para por delante para complicarles el camino. Pero ellos ya saben de que se trata todo esto.

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