«El alpinismo es el último espacio romántico del post modernismo»

Todas las fotografías cortesía Jordi Tosas

Jordi está a punto de viajar a Pakistán, en pocos días más, para llevar adelante una tarea de colaboración muy importante, que es instruir a un grupo de escaladores locales y ser líder en la fijación de cuerdas en el K2.

 

Es por ello, que nos contactamos con él, para que nos contara de qué se trata todo esto, y como no podía ser de otra manera, aprovechamos la oportunidad para conversar de todo un poco, en lo referente a este tema tan apasionante que todos tenemos en común: la montaña.

 

Venimos de una temporada muy compleja, por no decir de un año, muy complejo, que comenzó allá por el mes de enero en esta misma montaña, con una expedición que mantuvo en vilo a todo el mundo dentro de la actividad. Ahora, otro es el panorama en Pakistán y muy en especial en el K2. Y otros los protagonistas, que se moverán entre las idas y venidas de las restricciones impuestas por la autoridad local, y por sobre todas las cosas, en medio de una pandemia que ha hecho de las suyas en Nepal, como es bien sabido, aunque no tan reconocido por la autoridad local nepalí, incluidos sus escaladores sherpas más destacados, que ahora -pareciera- podrán entrar en escena en el Karakoram.

 

Pues bien, de todo esto hablamos con Jordi, un escalador que formó parte de un grupo muy destacado, que yo, particularmente, tengo allí, siempre presente, como uno de los equipos que hicieron una de las cosas más impactantes que me ha tocado ver en todos estos años: la Magic line del 2004. Se lo hice saber cuándo tomé contacto con él para esta entrevista, recibiendo de su parte una frase que lo dice todo: «La Magic Line, una expedicion que cambio nuestras vidas por completo.»

 

Así que, sin perder más tiempo, vamos a ello. Jordi Tosas, alpinista, con ustedes.

 

 

 

Jordi, hemos visto tu comunicado respecto al K2 y tu colaboración con la fijación de cuerdas, un problema que se había planteado desde el mismo momento en que se estableció la restricción a los escaladores de Nepal. ¿Cómo ha surgido esta iniciativa para ir al K2 y muy en especial para la tarea tan importante como lo es la fijación de cuerdas?

Fue en otoño pasado cuando estuve escalando en el Muchu Chhissh, Mirza me propuso poder entrenar y formar a sus escaladores de altura para poder realizar esa tarea tan importante y necesaria en su economía local, de fijar cuerdas en las grandes montañas del Karakorum. Las gentes de las zonas remotas del Karakorum dependen de la economía generada por las expediciones para poder subsistir. Y a la vez no disponen de escuelas alpinas donde recibir una formación adecuada para poder gestionar su propia seguridad, y la de sus clientes. Viendo la situación actual, el K2 va a convertirse en un polo de atracción para muchos clientes y ellos desean estar al nivel para poder asumir ese reto. Para mí, fue fácil enrolarme en este proyecto ya que a través de nuestra plataforma Off Trail Academy, nos hemos comprometido en la tarea de hacer llegar la formación alpina a todas esas gentes de las montañas. No los que van allí, sino aquellos que viven en ellas.

 

 

¿Cuál será tu tarea, específicamente para este proyecto?

El equipo de altura me ha nombrado leader de equipo. Yo diría que voy como Guía de Alta Montaña instruyendo a guías de alta montaña. Mi trabajo es la coordinación técnica y táctica del equipo de fijación durante todo su trabajo. Formador y escalador, codo con codo con ellos. Seguro que también voy a aprender mucho a su lado. Voy a entender sus motivaciones y sus miedos. Sus ilusiones de futuro. Pensad que algunos de ellos ya han estado en la cima del K2 varias veces. Son grades escaladores a los que transmitir unas técnicas específicas. Y por otro lado creo que el gran reto es intentar que el K2 no se convierta en el siguiente Everest. Y con ello quiero decir que se generen en la montaña unas éticas de convivencia entre lo comercial y lo alpinístico. Unas reglas éticas, donde todos y cada uno nos sintamos bienvenidos. Unas reglas de respeto, además, para con la fragilidad de esos espacios naturales de la alta montaña.

 

 

Hemos visto en notas publicada en otros medios, que Sajid, el hijo de Ali Sadpara, ha propuesto tu nombre para una tarea adicional que sería la búsqueda de los tres escaladores desaparecidos en el pasado invierno. ¿Puedes confirmarnos que esto es así?

Hable con Sajid justo después de la tragedia invernal y le comunique que estaba dispuesto a ayudarle en todo lo que necesitara. Y así mismo se lo comunique a Mirza para contar con el apoyo de todo nuestro equipo. No vale la pena decir que en el corazón de cada uno de nosotros está el deseo de poder dar paz a las familias de esas tres grandes personas que reposan allí arriba. 

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Mucha gente se ha bajado del K2, y en general de Pakistán para esta temporada, cuando se restringió el acceso a escaladores de Nepal, específicamente sherpas y operadores. ¿Crees que esto es un punto a favor en el sentido que encontraremos una montaña menos concurrida y en consecuencia, mucho más ordenada para lograr los objetivos?

Creo que sí es una gran noticia cara a las masificaciones. La montaña estará menos concurrida y en definitiva más segura en este sentido y en el sentido Covid. La masificación debería ser uno de los factores más importantes a regular en el futuro. Es la fuente más importante de problemas pero a la vez su vertiente económica la hace difícil de tratar y regular.

 

En las últimas horas la autoridad de Pakistán, como ya es de público conocimiento, ha flexibilizado un tanto la restricción a los escaladores de Nepal. ¿Piensas que esto puede llegar a traer más gente, y en consecuencia, complicar un tanto el proyecto?

Son medidas difíciles de entender. Un reflejo de los poderes económicos que mueve el turismo de gran altitud.

 

Hemos visto también en la pasada temporada en Nepal, lo que el Covid puede hacer en el campo base de una de estas montañas, a pesar del enorme hermetismo por parte de la autoridad local, que lógicamente, no ha podido con los testimonios de escaladores extranjeros. En este sentido ¿No te inquieta el hecho que pueda suceder algo similar? ¿Piensas que esta temporada 2021 debió haber sido pasada por alto como en 2020 o está bien que se haya llevado a cabo?

Sin duda debería haber sido pospuesta. Pero debemos pensar y empatizar con las gentes que viven en estas débiles economías y que llevan un año sin ingresos. El equilibrio es muy difícil. Pero si se abre las normas deben ser muy rígidas y sin duda deben ser cumplidas sin excepción. Nuestro equipo está completamente vacunado y se van a hacer test periódicos durante la expedición. Si se llegara al caso de Nepal, la situación en el Baltoro sería mucho más compleja, debido a que no hay tantos helicópteros, y que dependen todos del ejército.

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Dejamos un poco atrás el Covid y la próxima temporada. Vamos a temas más generales. Has dicho hace ya unos años, que la mayoría de la gente que va a un ochomil no está preparada. ¿Piensas que esta tendencia se viene intensificando en los últimos tiempos? ¿El desarrollo de las empresas comerciales, qué papel juega en todo esto?

Las expediciones comerciales ya se han escindido totalmente del alpinismo como tal. No podemos hablar de alpinistas. De todas formas, ese proceso se ha vivido en todas y cada una de las alturas inferiores. Desde el Mont Blanc o el Cervino al Aconcagua. O el McKinley o el Aneto. La montaña se convierte en el polo económico de un valle o de una region. Aparecen los guías de montaña y con ellos un turismo de altitud. Los ochomiles han sido, lógicamente, el último escalón de la cadena y el K2, el último de ellos. La gente con poca experiencia y buscando emociones, pocas veces relacionadas con las búsquedas del propio alpinismo, contratan los servicios para llegar a las cimas mas altas. Esto en sí mismo no tiene que ser un problema. Bien regulado y realizado con respeto y conocimiento, es lo que sucede en la mayor parte del mundo. El problema es la imposición de un modelo de explotación a gran escala y sin respeto a otros atletas que están en las montañas como está pasando en las últimas temporadas.

Así mismo, debe estar garantizada la limpieza y el impacto mínimo en esas montañas. Lo que se trae se saca.

 

Tu eres un escalador de raza, un gran conocedor en todo esto de los ochomiles. ¿Qué es el K2 para ti, que puedes decirnos acerca de esa emblemática montaña?

Es tan especial para mí, por muchísimas razones, que mi implicación en este proyecto es para intentar que el K2 siga siendo el K2. Con guías y alpinistas conviviendo en sus laderas y paredes. Con respeto de unos con los otros. Con respeto a las paginas magnificas de la historia del alpinismo escritas sobre ella. Que las siguientes generaciones sigan viéndola como la montaña de las montañas. Pero… soy un iluso, quizás no seamos capaces de parar la comercialización liberal.

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Hablamos en el comienzo respecto a la búsqueda de los escaladores perdidos en la última invernal. ¿Qué impresión te ha dejado todo lo que sucedió en el K2 el pasado invierno?

Agridulce. El K2 se merecía una historia invernal escrita en mayúsculas.

 

¿Hacia dónde va el alpinismo de las grandes alturas?¿Piensas que estamos ante una situación de quiebre en lo que se refiere al ochomilismo tradicional?

El alpinismo es el último espacio romántico del posmodernismo. Los alpinistas se emboscan en miles de paredes vírgenes y desconocidas por todo el planeta. Siempre, quedaran soñadores nómades que pasan desapercibidos al radar. Gentes que nos demuestran que los sueños son para cumplirlos y que los valores de nuestra sociedad, pueden ser trascendidos. El alpinismo no morirá. Si en las rutas normales de los ochomiles es donde está la masificación eso quiere decir que el resto infinito de montañas está vacío. Es allí donde el alpinismo florece con sus sueños y pasiones.

 

¿Qué es lo que te molesta o mejor dicho, lo que te produce «ruido» de todo este nuevo escenario planteado desde hace algunos años, que ahora parece haber migrado desde el Everest al K2, por ejemplo? Si es que hay algo que en realidad te moleste.

La falta de respeto, la arrogancia, la falta de humildad, la falta de valores. No es el que, si no el cómo. Y ya no digo solo a nivel alpinístico, lo digo a nivel profesional. Un guía de montaña se debe a unas normas y a un código ético y profesional que muchas veces echo de menos cuando la altura de la montaña crece.

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¿Y hacia dónde te gusta ir a ti, qué es lo que te produce mayor satisfacción en la montaña?

Descubrir cada día que me queda ilusión para seguir buscando líneas vírgenes para subir o descender. Celebrar que el sol sale, o la lluvia cae, y yo estoy ahí para verlo. Y sobre todo ver a las nuevas generaciones rompiendo los límites de lo que nos atrevemos a soñar demostrando que el alpinismo sigue vivo y es respetado por una gran mayoría de nosotros. Ese arte inmaterial y transgresor que perdura a los embates de la economía.

 

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Jordi Tosas – Technical Director, Alpineschool Bernasque
HimalayaHeliSkiGuides
jtosas.com
@jorditosas

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