Como ya venimos adelantando en sucesivas notas previas, el tema del COVID19 se ha instalado definitivamente en las montañas de Nepal.
Frente a este panorama, hemos querido entrevistar al Dr. Ignacio Rogé, médico especialista en Medicina de montaña y voz autorizada frente a la cuestión de cómo enfrentar esta situación en una temporada con exceso de permisos y una comunidad conviviendo en los campos bases de diferentes montañas de Nepal. Hasta el momento sabemos que el COVID 19 ha hecho gala de presencia en Everest y Dhaulagiri pero la información ha llegado por los propios escaladores, no por los operadores comerciales ni por el Gobierno de Nepal que parecen intentar minimizar la situación y muy lentamente comienzan a dar cuenta de la situación real en sus montañas. Precisamente comenzamos por preguntarle cómo veía desde el punto de vista sanitario la convivencia en el campo base del Everest de más de mil personas y si era posible detener un posible brote a tiempo.
«Lo veo realmente como un campamento base con un potencial de contagio muy peligroso porque es muy difícil tomar todas las medidas que conocemos para evitar la propagación del virus: distancia social, higiene, etc. En un CB donde las condiciones son difíciles, y no queda otra opción que convivir con el resto de los otros montañistas y con las personas que prestan la logística, cocineros, campamenteros, etc. Es prácticamente imposible mantener la distancia social.
Así que si llegara alguien al CB base en un período de incubación y desarrollara la enfermedad en el CB, el contagio inminente de muchas personas que estuvieran compartiendo el CB, sería inevitable. A lo sumo si no comparten los mismos servicios, se podrían aislar las distintas expediciones entre ellas, pero si aparece una persona con COVID19 en una expedición y no se aisla a tiempo, esa expedición se contagiaría íntegramente. A esto se le añade que están apareciendo cada vez más cepas con mayor poder de contagio y de infectividad, que afectan de forma diferente a los montañistas, entonces puede haber gente asintomática, así como gente que lo pasa muy mal, tal como lo vemos en la ciudad, vemos gente que cursa su infección por COVID sin ningún tipo de síntomas y vemos personas jóvenes perder la vida a causa del virus. Y en la altura donde los síntomas son parecidos, donde todas las patologías y síntomas que causa la hipoxia son muy similares al estado gripal, por ende, al COVID, es muy difícil diferenciar si los síntomas que puedan tener los montañistas pueden ser por COVID o por la altura. Es imposible discernir, salvo la fiebre, entre los síntomas del COVID y la patología de altura, y con las personas que tienen que aclimatar tanto tiempo, subir y bajar campamentos, o inclusive en el mismo día de cumbre, donde todos comparten las mismas cuerdas, tanto de subida como de bajada, es muy difícil evitar los contagios, prácticamente imposible, desde mi punto de vista.
Por supuesto que estaría bien contar con pruebas diagnósticas que detecten antígenos en los pacientes que se sospecha la enfermedad, pero hay que ver si los médicos del Everest están dispuestos a exponerse a un eventual contagio y a sobrecargarse con ese trabajo. La verdad que, desde mi punto de vista me parece un exceso de personas dadas las características de esa montaña (Everest) donde el trabajo de aclimatación es muy intenso, toma mucho tiempo, se comparte mucho, accesos, cuerdas, y por ende, los contagios muy probablemente ocurran. Por eso lo veo muy difícil.
Acá en Aconcagua tenemos campamentos más grandes, vías no tan técnicas como Everest y podemos sectorizar los campamentos y las rutas para que la gente que sube se dirija por un sector del camino, y la gente que baja, lo haga por otro. Obviamente no se puede comparar un cerro de casi 7 mil metros con uno de casi 9 mil».
Le consultamos sobre el rol de la dexametasona ya que se estudió para el COVID, una sustancia que todos los montañistas de altura llevan consigo y sobre la posibilidad de poder utilizarla en un CB.
«La dexametasona se viene utilizando muy bien, pero en pacientes en condiciones hospitalarias, donde se sabe exactamente por radiografías, tomografías, qué compromiso del parénquima pulmonar tiene cada paciente. Si es una neumonía intersticial viral clásica, como es la que produce el COVID o si hay una infección agregada, que da una consolidación, un block neumónico, como se dice. Si se agrega una bacteria y se genera una neumonía bacteriana, y le damos dexametasona, no va a funcionar, al contrario, le va a dar más fuerza al cuadro bacteriano y podemos empeorar la neumonía bacteriana. Pero todas esas decisiones se hacen a nivel hospitalario, en un CB no podemos saber si es típica de la altura, por COVID, y si tiene COVID, si es solo el virus o si tiene alguna sobreinfección agregada. No lo podemos saber. En concreto hay que manejarse por la clínica, sobre todo si hay algún contacto estrecho confirmado, o fiebre, sobre todo en los campos bases. Si bien también la patología de altura puede dar fiebre, el edema pulmonar puede cursar con fiebre, la deshidratación puede cursar con fiebre, no tenemos muchos recursos en altura, más que el ojo clínico, el criterio del profesional testeando y controlando a cada uno de los montañistas. Pero bueno, es sumamente difícil y lo veo muy peligroso, que haya en este momento 400 personas intentando la cumbre del Everest».
¿Crees que las empresas deberían testear a sus clientes y a todos los integrantes de su expedición periódicamente al menos con un test de antígenos u otros recursos ya que una PCR sería inviable en un CB?
«Creo que es una obligación y un estándar de calidad para las empresas, demostrar que tienen a todo su personal sano, sobre todo antes de que comience una expedición. Y que ese personal, cocineros, porteadores, campamenteros, solo le presten servicios a esa expedición, que se transformen en una expedición burbuja, como decimos acá en Argentina, una estrategia que se utiliza por ejemplo en el ámbito escolar. Permitiría que, si todos entran sanos al Everest, todos bajan sanos, y no entran en contacto con ninguna otra persona así que yo creo que los test rápidos de antígenos como los hisopados y en el mejor de los casos una PCR, buscando material genético del virus, se va a transformar en un estándar de calidad de las empresas. Empresas que no presentan análisis de sus empleados periódicamente, o al inicio de una expedición, directamente yo creo que se van a quedar sin clientes.
Hoy por hoy lo que vemos en Mendoza, es eso. El cliente busca seguridad. Lo que tuve la oportunidad ver en el verano (austral) con turismo local de argentinos que viajaban desde distintos puntos del país para subir montañas, en el Cordón del Plata, por ejemplo, era que buscaban el aislamiento, buscaban dormir solos, lejos de los refugios, inclusive que le llevaran la comida a la carpa (tienda). Contrataban un guía al cual le pedían un hisopado con una inmunofluorecencia o una PCR, 48 horas antes de iniciar la expedición, y así se quedaban tranquilos. Es lo que el cliente va a buscar, sobre todo el ochomilista, el cliente que invierte mucho tiempo, entrenamiento y recursos económicos para lograr sus objetivos».
La situación inicial del COVID en Everest estuvo relacionada con la aparición de cuatro montañistas contagiados que fueron evacuados. Le preguntamos al Dr. Rogé si además de la evacuación y el aislamiento, es posible contar con otros elementos preventivos a la hora evitar un brote teniendo en cuenta que muchos escaladores compartirán inevitablemente las cuerdas en sus rotaciones de aclimatación y sobre el todo el día de cumbre. Esto nos respondía:
«Es muy difícil frente a la aparición de enfermos, aislar al resto de la expedición, lo digo como montañista y médico de montaña, uno comparte tanto en la montaña que es prácticamente imposible subir una montaña en solitario, o sin servicios, o aislado del resto. Es muy difícil, salvo excepciones como nuestro querido Mariano (Galván) que subía en una forma muy alpina y en solitario, pero para el común de los mortales, eso es prácticamente imposible. Así que yo lo veo muy difícil que se puedan llevar a cabo esas medidas y Dios quiera que no haya más contagios en el Everest. Tampoco sabremos la verdad de lo que pasa. Ya hay versiones de que se están evacuando a muchos montañistas, pero no salen en los medios ni se filtra información. La verdad es que no sé qué creer. En mi opinión como médico de ciudad y como médico de montaña, una vez que se desencadena un brote en grupos que comparten tanto, es muy difícil controlarlo. Esperemos que esto no suceda, que no se desencadene un brote y que la gente tenga la oportunidad de hacer su cumbre en el Everest en este contexto».
«A modo de conclusión podría decir que tenemos que aprender como sociedad, tanto en la ciudad como en la montaña, a convivir con este virus. Este virus vino para quedarse y hasta tanto no tengamos todos acceso a las vacunas y a las vacunas con las nuevas cepas que van apareciendo, porque como todo virus va mutando y va adquiriendo poder de contagio y más gravedad en su sintomatología, hasta tanto no se incorpore esta vacuna, tenemos que seguir cuidándonos. Depende pura y exclusivamente de nosotros, de cómo nos comportemos, de nuestras conductas, de nuestras medidas de distanciamiento social, de higiene y demás, hasta dónde avance esta enfermedad o hasta dónde limite nuestras libertades a las que estábamos acostumbrados. La verdad es que este virus ha cambiado el mundo, ha cambiado los comportamientos sociales, la dinámica familiar, los deportes y mucho más aún este tipo de actividades, donde el trabajo en equipo se torna fundamental, cuasi imprescindible para poder sobrevivir en la montaña. Así que tenemos que buscar la forma, no hay fórmulas mágicas ni recetas ya probadas en el mundo para convivir con el COVID y el montañismo. Creo que estamos aprendiendo día a día y es tarea de todos y responsabilidad de todos poder llevar adelante la montaña de una forma segura. Tampoco podemos privar a la gente que pudo acceder a las vacunas, en los lugares donde hay mejor acceso a las vacunas, a diferencia de nuestro país (Argentina) o gente que ya padeció la enfermedad y se ha recuperado bien, que ha podido hacer sus controles cardiológicos, respiratorios y clínicos, y que estén en condiciones de volver a la montaña, tampoco podemos privarla de que vuelva a la montaña. Entonces hay que tratar de ponerse en el lugar de todos y aprender a convivir con este virus porque este virus ha llegado para quedarse. Probablemente se transforme en un virus más dentro del pool de virus que provocan los síndromes gripales y como las cepas de virus prevalentes para cada año van cambiando, yo espero y deseo que el COVID junto con todas sus variantes y mutaciones, se incorpore a las vacunas antigripales y que nos permitan poder volver al mundo que conocíamos y al montañismo que tanto extrañamos.
Finalmente nos asaltan dos o tres cuestiones más…Aunque los enfermos se evacúen y se trasladen a Kathmandú, ¿está la ciudad y sus hospitales en condiciones para recibirlos? Segunda cuestión, ¿están saliendo vuelos de Nepal para que estos escaladores puedan regresar a sus países de origen? Y finalmente qué sucederá con la temporada en Pakistán, porque evidentemente teniendo enfrente la temporada de Nepal y viendo cómo se vienen sucediendo las circunstancias, es evidente que las autoridades de Pakistán deberán tomar sus propias decisiones.
Hacemos extensiva esta incertidumbre frente a lo que pueda suceder en próximas temporadas de verano austral e inverno boreal.
Sin dudas un tema que ha llegado a las montañas y que estará presente por mucho más tiempo del deseado.
NR: Esta entrevista con el Dr. Rogé se realizó cuando sólo había 4 casos notificados, pero a día de hoy sabemos que son muchos más los montañistas contagiados y no solamente en el CB del Everest sino también en el del Dhaulagiri. El número es incierto dado el hermetismo con el que se ha manejado el tema por parte de autoridades y empresas. Así mismo, ya hay algunos reportes acerca del «vallado perimetral» de algunas expediciones para evitar interacciones innecesarias con los grupos.
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Propuesta de protocolo de trabajo para Parque Provincial Aconcagua temporada 20-21
Mendoza, 09 agosto 2020
De acuerdo a lo hablado en la pasada reunión de CAPPA del 04/08/2020 es que propongo las siguientes medidas de trabajo para abrir la temporada de ascenso y trekking próxima y mientras dure la pandemia COVID 19.
Este protocolo de trabajo es válido para todos aquellos que ingresan al PPA y no acrediten vacunación contra coronavirus, serologías específicas que certifiquen haber padecido covid 19 y por lo tanto ya tienen anticuerpos protectores(IgM negativa e IgG positiva). Dicho en otras palabras: las personas que estén vacunadas o hayan padecido la enfermedad pueden moverse en el PPA con total normalidad.
Por lo pronto, dado que no contamos actualmente con una vacuna en el mercado, propongo las siguientes medidas de bioseguridad en un ambiente agreste y tan concurrido como el PPA:
– Sugiero cerrar el centro de informes donde los visitantes se amontonan para sacar su ticket, llenar declaración jurada y pagar el ingreso. Todo ese trámite se debería hacer por la web. Lo que se gaste en hacer una web adecuada se ahorra en posibles contagios.
– Todos los ingresantes (clientes, guías, trabajadores, TODOS), deben tener un hisopado negativo para coronavirus realizado 48 hs. antes de su ingreso al parque, podrán sacar su ticket via web pagando por algún medio electrónico con la antelación que deseen pero en el ingreso al parque deben mostrar su hisopado negativo o certificado de vacunación o serología especifica de haber padecido la enfermedad y tener anticuerpos adecuados.
– No admitir el ingreso al parque de personas mayores de 65 años o que tengan alguna enfermedad crónica.
– Si algún miembro de la expedición presente sintomatología compatible con covid deberá bajar la expedición completa por sus propios medios antes que dicha sintomatología progrese o aparezcan más miembros contagiados. Las expediciones abiertas las dejaría solamente para aquellos vacunados o que hayan padecido la enfermedad.
– Los montañistas que no desean contratar guía de montaña y tomen servicios sueltos deberán acreditar su currículum deportivo. Y tendrán un lugar distanciado de las empresas para instalarse.
– Estimar la capacidad de carga de cada campamento para lograr una adecuada distancia social entre los montañistas, en cada baño deberá haber un spray con solución antiséptica para que sea el mismo montañista quien limpie adecuadamente el baño antes de usarlo.
– Evitar el contacto con guardaparques, el ticket en papel debería ser reemplazado por un código QR el cual pueda ser leído a través de un plástico (ídem taxi) por los guardaparques con su celular personal. Al final del día se pueden volcar el check in mediante QR por la web a horcones.
Es difícil instalar wifi en Confluencia y Plaza Argentina, pero se puede instalar un amplificador de señal de celular en Confluencia o solicitar la colaboración de las empresas prestadoras para acceder a wifi.
– Los controles médicos de aclimatación solo serán obligatorios el día previo a que la expedición inicie su ascenso, a excepción de las emergencias por supuesto que serán atendidas las 24 hs. De esta forma evitamos el contacto diario con los montañistas que ansiosamente esperan tener una saturación mejor que el día anterior y solo atenderemos a aquellos que presentan síntomas propios de la altura. Aquel que tenga síntomas compatibles con covid será controlado en su carpa o domo de la expedición por el servicio médico. Si los síntomas son compatibles deberá bajar la expedición completa por sus propios medios en forma urgente, para evitar contacto con el piloto y personal del helicóptero.
– Las medidas de distancia social y bioseguridad serán la ya conocidas por todos. Recomiendo «encapsular» a cada expedición dentro de un domo, es decir pueden dormir dentro del domo, contar con agua, calentadores, víveres, etc para preparar sus propios alimentos, de esta forma cuidamos al staff de cada empresa prestadora y evitamos al máximo que entren en contacto con los clientes.
– Sería una buena medida que cada expedición tuviera guías locales, para que podamos normatizar esta nueva forma de trabajo con ellos y ellos hagan de nexo y tengan toda la autoridad de decidir cuando bajar, y evitamos situaciones de riesgo que expongan a todos al contacto.
La extremada prudencia de los guías y trabajo en equipo de todos los integrantes del parque nos han llevado a disminuir el número de fallecidos en Aconcagua.
Incluso si evaluamos un número máximo de personas que intentan hacer cumbre el mismo día podemos evitar accidentes por sobrecarga de la canaleta donde se desprenden piedras dado que la gente que viene sin guía local baja por cualquier lado y en muy mal estado, pateando piedras para abajo. He sido testigo de cómo los guías locales bajan atados a sus clientes en mal estado, evitando así caídas y desprendimiento de piedras. Medida que aplaudo y recomiendo.
Mi intención con estas recomendaciones es incentivar el dialogo y debate sobre la forma en la que debemos aprender a vivir con este virus, y no privar el acceso al parque a todos los que ya han pasado por la enfermedad y o se puedan vacunar. Saludo atentamente a cada uno de los miembros de la CAPPA y quedo a disposición por si se decide empezar a trabajar en el tema.
Ignacio Rogé
Médico Especialista en Medicina de Montaña.
Director Servicio Médico PPA desde 2009 a la fecha.
MP 9100.