
“Ha sido sin duda una de las carreras más duras que he hecho en mi carrera”
La Paris-Ruobaix ya es historia. Y pasará seguramente a la historia, como la carrera que Tadej pudo «rematar» si un error, no le costara navegar en solitario casi 40km. No me voy a a extender en mi crónica por que más vale, corto y bueno y que el protagonista hable, que no largo y tendencioso. Dias enteros hablando de lo que podría o no hacer el esloveno en los adoquines. Pues ya salimos de dudas el pasado día 13. Una carrera de mucha preparación física y mental, de estrategia y de resistencias, de suerte y de paciencia. Miles de factores hacen que si eres de los elegidos para ganar, la balanza se vuelque a un lado u otro. En el caso de Pogacar dicha balanza no jugó a su favor.
Luego está el holandés, el portento de ciclista todo todopoderoso en este tipo de carreras en las que sí que esa balanza jugó a su favor. No voy a criticarlo, porque no. Por que es para mí el casi perfecto atleta de las dos ruedas y porque siempre entra en mis quinielas cada vez que corre. Pero hay que reconocer que a su favor, ayer, estaban los dioses del ciclismo. Hizo la carrera perfecta, no en vano, tercera piedra que se lleva. Sin embargo llevo horas dando vueltas a un detalle que no se me va de la cabeza: no tenia que esperar a Pogacar después de la caída/error del esloveno, pero ¿y si lo hubiera hecho? ¿Verían los medios de comunicación diferente hoy a Van de Poel? No lo podemos saber, eso si, y para cerrar esto que no quiero que se alargue más de la cuenta, ahí va mi reflexión: Mathieu van der Poel no es Thomas Pidcock.

Las declaraciones al final de carrera del esloveno dejan a Pogacar como un luchador nato: Hoy ha sido una gran carrera para nuestro equipo, con dos de los nuestros entre los cinco primeros. Podemos volver el año que viene con un equipo fuerte de nuevo y estar motivados para luchar por la victoria en los próximos años.
[Con respecto al accidente] Cuando vas a toda velocidad y las motos están delante de ti y no giran, también piensas que no hay curva. Pero de repente se quedan quietos… Debería haber sabido que se acercaba una esquina. No hay excusas. Mathieu es un gran campeón y uno de los mejores del mundo. Competir contra él es un gran honor. Si yo fuera un niño, él sería mi ídolo. Competir contra él es una fuerte motivación.
Piensas que es una carrera plana, pero en términos de potencia, esta es una de las carreras más difíciles que he hecho. Esto se suma a los adoquines y al estrés para que sea una carrera muy dura. Esta experiencia será útil en el futuro, para que la carrera se sienta menos agotadora. Cuando estaba delante con Mathieu y Jasper, pensaba que no era buena idea llegar al velódromo con dos de los ciclistas más rápidos del mundo. Así que estaba tratando de hacer que algo sucediera.
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