FOTO DE PORTADA: Alex Txikón (Crédito Facebook de Alex Txikón)
Hablar de Annapurna, es ya de por si, un tema que merece cuidado. Hablar de una invernal al Annapurna, merece mucho más que respeto.
La décima montaña más alta del mundo, fue conquistada por primera vez en invierno el 3 de febrero de 1987 por -lógicamente- los polacos. ¿Quienes otros podrían ser? En aquella oportunidad fueron Jerzy Kukuczka y Artur Hajzer. Dos personajes superlativos en todo lo referido a tareas invernales por encima de los ocho mil metros.
En aquella oportunidad, encontramos nombres como Jacek Palkiewicz, Wanda Rutkiewicz, Michel Tokorzewski, Ryszard Warecki y Krzysztof Wielicki, además de los dos protagonistas que finalmente lograron el objetivo.
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Rumbo a Kathmandu (Crédito Alex Txikón facebook)
Hoy, treinta y siete años después, el escalador vasco, va por un nuevo logro, de más está decir que superlativo, en caso de conseguirlo. Pero bueno, falta bastante para ello. Conociendo a Txikón, y su estilo, el va paso por paso, moldeando la montaña, conociendo el objetivo y conociendo muy bien el terreno donde está plantado. Eso siempre le ha dado buena seguridad.
Poseedor del título en la primera invernal al Nanga Parbat en 2016, junto a Simone Moro y Ali Sadpara, Txikón ha aplicado, a lo largo de su carrera, para los intentos invernales, que lo llevaron a varios intentos al Everest, y un logro importantísmo en 2023, alcanzando la cima de Manaslu.
Quienes seguimos a lo largo de los años la actividad de Alex, sabemos que el prefiere siempre la calidad, a la cantidad. Y eso, es importantísimo en un desafío como este, bajo una temperatura media de 40 bajo cero. Quedan pocos exponentes para este tipo de desafíos, por ello, pondremos muchísima atención a él, siguiéndolo durante estos meses que dure su expedición.
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La llegada a Kathmandu (Crédito Alex Txikón facebook)
Tiene en su haber once ochomiles: Broad Peak, Cho Oyu, Makalu, Dhaulagiri, Shisha Pangma, Annapurna, Gasherbrum I y II, Lhotse, Nanga Parbat (invernal), y Manaslu (dos veces, una invernal).
Ahora, el pasado 30 de noviembre, llegó a Kathmandu, con todo su equipo:
«Primeras horas en Katmandu ¡Qué sensaciones! La energía de esta ciudad y sus habitantes son increíbles. Los olores, el caos de las calles… y en medio de todo eso, hemos estado organizando todo el equipaje Chhepal, Ang guñyalu, Magkpa, Mig Temba y Lakpa. Gracias a los patrocinadores técnicos, hemos traído nuevas prendas y herramientas para la expedición de este invierno. ¡Estamos muy agradecidos! Con muchas ganas de verlos, hablo con ellos todas las semanas, pero es realmente genial tenerlos con ellos.»
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El macizo del Annapurna, la «Diosa de las cosechas», al fondo, y el pueblo de Pokhara junto al lago Phewa (Crédito Wolfgang Beyer)