Foto de Portada: El Annapurna 2 emerge con las primeras luces del día.
El Annapurna, el mas letal de los ochomiles marca su fuerte presencia mostrando
su macizo de mas de cincuenta kilómetros de longitud, con sus seis picos
principales (Foto: Hope Treks Nepal)
El Annapurna en realidad es un macizo que tiene no menos de 55 kilómetros
de longitud, localizado en la Cordillera del Himalaya, en Nepal.
Está compuesto por seis picos principales que son el Annapurna I (8091m),
el Annapurna II (7937m), el Annapurna III (7555m), el Annapurna IV (7525m), el
Gangapurna (7455m) y el Annapurna Sur (7219m). Paradógicamente fue
el primero de los ochomiles en ser conquistado, el 3 de Junio de 1950.
Y decimos paradójicamente, porque la «Diosa de las cosechas»
o la «abundancia» es el más letal de los ochomiles,
estadísticamente tiene en su haber los números más intimidatorios.
Para la realización de este informe, hemos realizado un relevamiento
de los ascensos y fallecimientos acontecidos en el Annapurna.
Hasta abril de 2018, fueron 168 las cumbres alcanzadas en este ochomil,
161 de escaladores únicos, siempre hablando de su cumbre principal,
el Annapurna I; y 72 los fallecidos. Ello arroja un porcentaje final del 42,85
% de mortalidad, vale decir que de diez personas que alcanzaron la cumbre, algo
más de cuatro perdieron la vida en el intento o luego de conseguirlo.
El montañista español Alberto Iñurrategi (14×8000)
alcanzó la cumbre de Annapurna el 16 de mayo de 2002, en compañía
del francés Jean-Christophe Lafaille a través de la ruta
E Ridge – N Face traverse. Alberto decía en relación al Annapurna:
«Es una montaña con una estructura muy compleja, con glaciares
y paredes muy verticales. Por la ruta convencional ya es difícil y peligroso
y por las demás es más sencillo, pero encierra otros riesgos difíciles
de controlar. Pero no sólo sus características geográficas
dificultan el trabajo, sino que el viento te puede llevar a 90 grados bajo cero
y no tienes protección, a menos que puedas dirigirte hacia la cara norte».
<*2*>
La cara sur del Annapurna es una mole que sobresale por sobre la geografía
circundante. Sobre ella impactan de lleno los vientos procedentes del sud-sud
este, de la región del Golfo de Bengala, desde donde va avanzando
todos los años para la fecha en que se alcanzan las cumbres en plena
temporada de Himalaya el tan temido Monzón, que pone un
freno inexorable a la temporada estival y literalmente la parte en dos.
Volviendo entonces a los dichos de Iñurrategi, vemos claramente que
coinciden con estas características que hemos mencionado. Una vertiente
sur totalmente expuesta que contiene toda la furia de los vientos monzónicos
a partir de la segunda mitad de Mayo. Una verticalidad que potencia los peligros
al exponer a dicha pared al constante riesgo de avalanchas.
<*3*>
Hablamos de la cara sur del Annapurna, considerada la cara mas compleja de
todos los ochomiles, que ha dado cuenta de la vida de varios escaladores que
intentaron superarla.
En el año 2007, la española Edurne Pasaban tuvo
un fallido y complicado intento al Annapurna, el cual conquistaría finalmente
tres años después, el 17 de abril de 2010. Pero aquél intento
quedó bien marcado en carrera de la escaladora tolosarra. Ella dijo al
respecto de esta montaña por aquél entonces: «Ya sabía
antes de venir al Annapurna que no iba ser nada fácil. Las cifras de
accidentes y los amigos que he perdido aquí imponen mucho respeto, y
la sola visión de esa masa monstruosa de hielo y piedras impresiona por
sí sola. Pero cómo siempre, cuando empezamos a trabajar y a equipar
la ruta, las preocupaciones se tornan más inmediatas: la comida, la bebida,
el material, las cuerdas… hasta que llega el momento del ataque a cumbre,
la hora de la verdad. Aquél día me encontraba en el Campo 3 a
6.500 m. con Iván, Fernando, Andrew, Asier, Horia, Sergey e Iñaki.
El serac que estaba por encima de ese campo no era lo que esperábamos
ni mucho menos, y nos costó unas ocho horas superar 50 metros. Durante
todo el día el serac fue desprendiendo cachos de hielo, y nosotros estábamos
debajo. El temor era constante, y todo el día estuve oyendo el inconfundible
rumor de las avalanchas que no cesan de caer a cada lado de esta inmensa pared.
Lentamente se fue superando ese tramo, pero el día iba pasando y poco
a poco me iba desmoralizando. Para mi el serac era muy peligroso, no lo veía
nada claro y mi estómago empezaba a tensarse. En definitiva, tenía
eso tan humano pero que salva tantas vidas: el miedo. Por otro lado también
pensaba en el reto de los catorce ochomiles que me he planteado, naturalmente,
y que el Annapurna significaría en este momento el paso del Ecuador de
este proyecto, un gran salto adelante después del cual todo sería
mucho más claro. Así que tenía que tomar una decisión
muy difícil, en unas circunstancias y en un entorno muy complicado. Así
que opté por lo que mi estómago me dictaba: me voy a bajar porque
tengo miedo, me siento sola y éste no es ni el lugar ni el momento para
que yo tenga eso, porque me estoy jugando la vida».
<*4*>
Son esos momentos de decisiones que salvan vidas. Ya habría otra oportunidad,
que de hecho la hubo. En este caso ese factor tan interesante e importante:
el miedo, el gran salvador para muchos montañistas. Existen por supuesto
montañas que infunden más miedo que otras. El Annapurna pareciera
estar entre las que más. La montaña en general no admite errores,
el Annapurna no los perdona.
A algunos montañistas no les gusta llamarlo «miedo». Prefieren
utilizar la palabra respeto. Pero por debajo de la piel, la sensación
ha de ser la misma.
Tenemos entonces ya sobre la mesa, las principales causas que dan el perfil
criminal a esta montaña: Posición geográfica
que recibe de lleno los vientos que vienen desde el océano a miles de
kilómetros y que golpean de lleno en la cara sur del Annapurna. La verticalidad
de la montaña que ofrece un caldo de cultivo óptimo para la acumulación
de nieve e hielo y la posterior derivación en avalanchas. Estos son los
principales factores que hacen del Annapurna la más mortífera
de las montañas con más de ocho mil metros.
Y su cara norte, que por el hecho de no estar expuesta a los vientos del sur
no la hace más accesible, ya que allí reinan las avalanchas, porque
el tema de la verticalidad también está aquí presente.
Al menos el viento no es protagonista. Muchos escaladores tratan de evitar la
tradicional ruta norte, debido a esas continuas avalanchas.
<*5*>
Una de ellas, por ejemplo, se llevó en 2001 al legendario Anatoli
Bukreev, el espíritu de
los ojos azules:
«Las montañas no son estadios donde satisfago mi ambición
deportiva, son catedrales donde practico mi religión. Yo voy a ellas
como la gente va a su fe. Desde la altura imposible de sus cimas veo mi pasado,
sueño con el futuro y con inusual claridad puedo sentirme en el presente.
Mi visión se clarifica, mis fuerzas se renuevan. En las montañas
celebro la creación. En cada viaje a ellas renazco».
Anatoli Bukreev perdió la vida aquél 25 de diciembre de 1997
en la vertiente norte de la Diosa de las cosechas. Su compañero
de escalada, el italiano Simone Moro, describía de esta
manera sus instantes finales:
«Es difícil poner en palabras lo que esos ojos azules me dijeron.
Si tuviera que interpretar esa mirada, esa última mirada de Toli, creo
que mostraría una mezcla de miedo y de determinación.
No recuerdo aquella fracción de segundo como el colmo de la desesperación.
De hecho, Anatoli comenzó a moverse como siguiendo un guion familiar
y bien ensayado. No se resignaba pasivamente a lo que estaba sucediendo, luchaba
por aplazar la última escena de la película. Esa película
en la que todos, algún día, jugaremos un papel como protagonistas.
Anatoli comenzó una travesía hacia un lado tratando de salir
de aquella masa diabólica que apuntaba directamente a nosotros como un
misil. Luego me sentí arrancado de la pared por una fuerza indescriptible
y empecé a caer a una velocidad descomunal.
Puedo recordar la totalidad de esa larga caída, y todavía
recuerdo que cuando por fin me detuve me encontraba sentado, y todo a mi alrededor
estaba silencioso como una tumba. Vi mi reloj y mi altímetro. Eran las
12.36 del día de Navidad y la altitud señalada eran ahora 5500m.»
<*8*>
Volviendo a escaladas que han quedado en la historia, Alberto Iñurrategi
se alzó en 2002 a la larguísima arista Este en compañía
de Jean Christophe Lafaille (desaparecido un año después
en el Makalu) y el zarautzarra Jon Beloki, que se dio la vuelta
antes de la cima. Cabalgaron sobre esa interminable espina helada y regresaron
a la vida con la cumbre en la mochila. Fueron cuatro días y tres noches
de desconexión con el mundo. Fue el 16 de mayo de 2002.
La Diosa de las cosechas, el Annapurna, un ochomil
que deja pensando a cada escalador desde el momento mismo de decidir encararlo.
Donde afloran al instante esas cifras nefastas que hacen a su perfil de inefable
criminalidad.
Fuentes:
Himalayan Database (Estadísticas)
8000er.com (Estadísticas)
La impredecible criminalidad del Annapurna (Nota original – Diciembre 2009)
– Alpinismonline Magazine
El espíritu de los ojos azules (Diciembre 2017) – Alpinismonline Magazine
Quienes alcanzaron la cumbre del Annapurna a lo largo de la historia
Maurice Herzog
Louis Lachenal
Dougal Haston
Donald Desbrow Whillans
Josep Manuel Anglada
Emilion Civis
Jordi Pons
Mathieu Van Rijswick
Wolan Sonam
Chowang Rinzing
Mingma Tsering
Udo Bonning
Ludwig Greissl
Heinz Oberrauch
Hiroshi Aota
Yukihiro Yanagisawa
Maciej Berbeka
Boguslaw Probulski
Norbert Joos
Erhard Loretan
Nil Bohigas
Enric Lucas
Ang Temba I
Dorje A
Young-la Kim
Kipa A
Boris Korshunov
Hans Kammerlander
Reinhold Messner
Rafel Lopez
Josep Maria Maixe
Artur Hajzer
Jerzy Kukuczka
Ramiro Navarrete
Jung-Hun Park
Ang Dawa Tamang
Andrzej Marciniak
Vladislav Terzyul
Alberto Iñurrategi
Jean-Christophe Lafaille
Ralf Dujmovits
Gerlinde Kaltenbrunner
Hirotaka Takeuchi
Denis Urubko
Daniele Bernasconi
Eero Veikka Juhani Gustafsson
Gian Mario Merelli
Mario Panzeri
Edmund Viesturs
Vassily Pivtsov
Maxut Zhumayev
Pemba Tashi
Dawa Sherpa
Fernando Alonso Gonzalez-Rubio Polanco
Andrew James Lock
Ivan Vallejo
Peter Hamor
Tomaz Humar
Alexei Bolotov
Martin Minarik
Elisabeth Revol
Joao Jose Silva Abranches Garcia
Asier Izagirre Pasaban
Jose Ignacio (Nacho) Orviz Menendez
Edurne Pasaban Lizarribar
Jangbu Sherpa
Mingma Sherpa
Mingma Thindu Sherpa
Pasang Tendi Sherpa
Horia Colibasanu
Jorge Egocheaga
Martin Ramos Garcia
Peter Hamor
Piotr Czeslaw Pustelnik
Kinga Baranowska
Ha-Young Cheong
Eun-Sun Oh
Kwan-Ju Ra
Chhitjee Nurbu Sherpa
Dawa Wangchuk
Pema Chhiring/Pemba Sherpa
Bartolome Calafat
Juanito Oiarzabal
Juan Carlos Pauner
Dawa Ang Dawa Sherpa
Lhakpa Sonam Sherpa
Abele Blanc
Dawa Sange Sherpa
Dowa Sherpa
Chang-Ho Kim
Sung-Ho Seo
Jae-Soo Kim
Pemba Dorchi Sherpa
Byung-Woo Son
Jian-Feng Rao
Chhang Dawa Sherpa
Kami Sherpa
Pechhumbe Sherpa
Pemba Dorchi Sherpa
Chun-Feng Yang
Debasish Biswas
Pemba Chhuti
Basanta Kumar Singha Roy
Pema Chhiring/Pemba Sherpa
Cleo Weidlich
Radek Jaros
Sergio Lopez Perez
Jan Travnicek
Azim Gheichisaz
Dorchi Sherpa
Oscar Cadiach
Richard Hidalgo
Zdravko Dejanovic
Hong-Juan Dong
Muharrem Aydin Irmak
Yong-Zhong Liu
Samuli Mansikka
Mohammad Rezashahram Shahlaee
Ang Geli Sherpa
Kazi Sherpa
Mingma Gyalje Sherpa
Ngima Ongchhu Sherpa
Nima Gyalzen Sherpa
Pema Chhiring/Pemba Sherpa
Liang Zhang
Boyan Petrov
Chhepal Sherpa
Lakpa Temba Sherpa
Mingma Thindu Sherpa
Ong Dorje/Dorchi Sherpa
Mi-Gon Kim
Pasang Nuru Sherpa
Sanu Sherpa
Nadav Ben Yehuda
Jing Luo
Chhitjee Nurbu Sherpa
Temba Bhote
Luis Miguel Lopez Soriano
Carlos Alberto Martinez Garcia
Lhakpa Nuru Sherpa
Ming Temba Sherpa
Ngima Wangdak Sherpa
Pemba Thinduk Sherpa
Phurba (Furba) Sherpa
Carlos Soria Fontan
Nuri Sherpa
Atanas Georgiev Skatov
Chris Jensen Burke
Matthew Woodruff Du Puy
Lakpa/Lhakpa Sherpa
Pema Tshering Sherpa
David Klein
Jost Kobusch
Pasang Sherpa
Mario Vielmo
Romano Benet
Jonatan Garcia
Nives Meroi
Juan Pablo Mohr
Alberto Zerain
Sebastian Ignacio Rojas Schmidt
<*6*>
Quienes dejaron su vida en el Annapurna
Ian Clough
Rinje
Kazumi Katagiri
Masanori Hama
Sadatoshi Takahashi
Tadashi Ushigoe
Miller Rava
Leo Cerruti
Franz Tegischer
Vera Watson
Alison Chadwick-Onyszkiewicz
Yves Morin
Gil Harder
Maynard Cohick
Eric Roberts
Pemba Tshering
Ang Nima
Yves Favre
Andre Durieux
Yasuji Kato
Werner Bürkli
Rai Shanti
Alex MacIntyre
Miko Ono
Susumu Akimatsu
Rama Magar Tika
Magar Maila
Yang-kun Chung
Patrick Taglianut
Philippe Dumas
Keepa
Pasang Norbu
Benoit Grison
Andres Ferrer
Yasuhira Saito
Toshiyuki Kobayashi
Ang Dawa
Akihiro Mori
Jiri Pelikan
Ramiro Navarrete
Ognian Stoykov
Milan Metkov
Tenzing
Jangbu Nurbu
Tendi Lhakpa
Sange Dawa
Song-gu Lee
Seog-jee Lee
Gabriel Denamur
Pierre Béghin
Ngati
Dmitri Sobolev
Anatoli Boukreev
Ang Tshering
Dorje Kami
Hyun-ok Ji
Michio Sato
Hideji Nazuka
Christian Kuntner
Lhakpa Rita II
Udhav Prasad Khanal
Iñaki Ochoa de Olza
Martin Minarík
Tolo Calafat
Ki-seok Kang
Dong-min Shin
Young-seok Park
Tibor Horváth
Iljas Tukhvatullin
Ivan Lobanov
Pemba Sherpa
Samuli Mansikka
<*7*>
