En el día de hoy la
expedición integrada por Ricardo Cabeza, Carlos Aguero, Miguel y Daniel
Bertanini, Marcelo Bruno, Daniel Hurwitz y Fabián González hiceron
cumbre en el Cerro San Francisco, en la provincia de Catamarca, la primera de
las dos cumbres que se han puesto como meta al encarar esta expedición
marplatense.
Precisamente, en la tarde
de hoy, Fabián González se comunicó con la redacción
de Alpinismonline para informarnos acerca del logro y que ahora van por el Walter
Penck, una cumbre compleja por lo inhóspito del ámbito donde se
encuentra emplazada.
Estas dos cumbres muy importantes,
se encuentran emplazadas en una región conocida como el area de los «seismiles»,
dentro de la provincia de Catamarca y colindante con la República de
Chile, en las proximidades del paso de San Francisco.
Los seismiles de Catamarca
La llamada Ruta de los seismiles
es probablemente uno de los itinerarios más sorprendentes que esconde
la geografía argentina, un lugar ideal para los amantes de los escenarios
vírgenes y de la naturaleza en estado puro. Integrado por 14 picos que
superan los 6.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el circuito se despliega
en el oeste de Catamarca, pegado a la frontera con Chile y ofrece una combinación
de pequeños pueblos llenos de encanto y una sucesión increíble
de paisajes.
Hasta no hace mucho, la
Ruta de los seismiles sólo era frecuentada por montañistas argentinos
y extranjeros, que llegan cada año a esta zona para desafiar las complicadas
cumbres catamarqueñas, pero en los últimos tiempos se ha convertido
en un destino muy visitado por toda clase de viajeros.
Los pueblos del oeste
Viajando hacia el oeste
desde San Fernando del Valle de Catamarca, el camino transcurre por la solitaria
ruta 60, que conduce hasta el Paso de San Francisco, el punto cúlmine
de la travesía. Cuando la silueta de la cordillera ya es una presencia
insoslayable en el horizonte, se impone una primera parada en Tinogasta, la
localidad más importante del oeste catamarqueño. Fundada en el
siglo XVIII, la ciudad ofrece una amplia gama de servicios para turistas y cuenta
con dos excelentes museos que atesoran objetos de las culturas indígenas
que habitaron en esta región.
Un poco más adelante,
continuando por la ruta 60, se encuentra Anillaco, donde se conservan las ruinas
de una pequeña iglesia levantada en 1712, y luego el famoso santuario
de la localidad de San Pedro. Declarado Monumento Histórico Nacional,
el templo de San Pedro fue construido en 1770 y presenta una fisonomía
blanca y sencilla, de aires coloniales, con una antigua imagen cusqueña
del patrono de la iglesia en su interior.
Justo antes de ingresar
al último tramo del recorrido, donde están los dominios de los
majestuosos seismiles, aparece la localidad de Fiambalá. Fundada en 1702,
la ciudad es un sitio ideal para pasar la noche, ya que tiene varios hoteles
y vale la pena dedicar una jornada para pasear por sus calles y visitar los
oasis de cultivos que hay en sus afueras.
Después de pasar
por Fiambalá, la ruta 60 gira abruptamente hacia el oeste y se coloca
de cara a la cordillera. Tras dejar atrás el pequeño poblado de
Chaschuil, la carretera vuelve a colocarse en paralelo a las montañas
y se convierte en una fabulosa vidriera de espectáculos naturales.
El primer pico en aparecer
es el monte Pissis, que se halla justo en la frontera con la provincia de La
Rioja. El Pissis, que tiene una altura de 6.882 metros, no solamente es el volcán
inactivo más alto del mundo, sino que también pelea con el cercano
Ojos del Salado para ocupar el segundo lugar en la lista de montañas
más altas de toda América. El debate sobre cuál de las
dos es el escolta del Aconcagua tiene que ver con que muchos especialistas no
se ponen de acuerdo en la altura definitiva de cada una, que es una diferencia
de apenas unos pocos metros, insignificante y fundamental al mismo tiempo.
En la capital catamarqueña
se pueden contratar excursiones que llegan hasta varios de los salares que hay
por toda esta región. Entre los más impactantes se cuentan los
salares de la Laguna Negra y el del Hombre Muerto, donde se puede disfrutar
de paisajes increíbles, compuestos por la inmensidad blanca de los mares
de sal, las montañas de fondo y grupos de guanacos correteando en diferentes
direcciones.
Otro gran espectáculo
lo constituyen las solitarias lagunas que se encuentran delante de varios de
los grandes picos de esta ruta, como la laguna del Peinado y la laguna Verde.
Todos estos parajes transmiten la sensación de ser territorios absolutamente
vírgenes y se hallan bastante aislados, por lo que se llega a ellos por
medio de vehículos 4×4.
En el corazón de
la cordillera, haciendo frontera con Chile están varios de los más
importantes seismiles, como el cerro de los Patos y el cerro Tres Cruces. Entre
estos, el que mejor se ve desde la ruta es el Incahuasi, que se divisa justo
antes del ingreso al último tramo del viaje. El Incahuasi es uno de los
picos favoritos por los andinistas y allí se encontró una famosa
estatuilla de un ajuar funerario indígena.
Al girar la ruta 60 hacia
el oeste aparece el majestuoso cerro San Francisco, que es probablemente el
más conocido y visitado de los seismiles, ya que se encuentra muy cerca
de la carretera y del Paso de San Francisco.
Este paso, que une el territorio
argentino con la localidad chilena de Copiapó es el punto final de un
recorrido de casi 200 kilómetros prácticamente desiertos, en los
que la presencia imponente de los seismiles invita a reflexionar sobre la real
medida del hombre frente a la naturaleza. Desde el hito limítrofe, situado
a 4.700 metros de altura, no es posible dejar de mirar hacia atrás y
observar en silencio la imagen de los colosos, transmitiendo todo su poder y
su paz.
Santuarios de altura
Varios de estos picos fueron
escenarios de largas peregrinaciones y particulares ceremonias de las culturas
andinas. Los antiguos habitantes de estas zonas reconocían algunas elevaciones
como sus protectores (Apus) o lugares en donde moraban seres sobrenaturales
a quienes dedicaban ofrendas y sacrificios. Jóvenes incas eran elegidos
para el ritual acompañados de un ajuar festivo, con alimentos y bebidas
para intervenir en la decisión de seres que podían, dañina
o beneficiosamente, cambiar sus destinos.
Volcán Pissis
(6882msnm)
En el límite de Catamarca
con La Rioja, íntegramente argentino, se levanta el volcán inactivo
más alto del mundo y segunda cumbre de América. Fue bautizado
con su nombre actual hacia 1885 en honor al geógrafo francés Amadeo
Pissis que por esos años realizó expediciones por la zona cordillerana.
El nombre criollo con el que fue conocido fue «Nacimiento del Jagüe»
y el nombre nativo, de origen quechua, es «Pillán Huasi». Este
cerro se muestra con sus cinco cumbres, todas anheladas por montañistas
del mundo entero, alcanzando la principal, los 6882msnm. La primera ascensión
fue el 7 de febrero de 1937. Luego de un agotador esfuerzo conquistan la cima
del Pissis Stefan Osiecki y Jan Szcepanski.
Ojos del Salado (6864msnm)
Con sus 6864msnm se convierte
en el volcán activo más alto del mundo en cuyas paredes las nieves
y glaciares son perpetuos. En su interior se advierten fumarolas, muestra de
la actual actividad volcánica. Llegar a su cima se ha convertido en uno
de los desafíos imperdibles para montañistas, esto en razón
a su ubicación al igual que el Walter Penck, rodeado de varios seismiles
que dificultan su acceso.
Cerro Tres cruces (6749msnm)
Es la 7ª montaña
en altura de América, se encuentra en el comienzo de la Puna de Atacama,
ubicada entre el parque nacional Tres Cruces de Chile y la provincia de Catamarca,
cercano al paso San Francisco (el más alto de la cordillera 4726 m) La
primera ascensión correspondió a los polacos Witold Parisky y
Esteban Osiecki el 26 de febrero de 1937 coronando también la cumbre
central (6620 m) dos días después.
Walter Penck (6658msnm)
Walter Penck fue un geólogo
alemán contratado por el gobierno argentino, para la investigación
geográfica en la cordillera de Los Andes. El cerro fue bautizado en su
honor por una expedición tucumana en el año 1955. Se encuentra
al sur del final del sistema del Ojos del Salado (muy cerca del límite
internacional con Chile), hasta hace poco era una de las cumbres menos visitadas
por estar rodeada de varios de Los Seismiles que le hacen de difícil
acceso.
San Francisco (6080msnm)
Entre la multiplicidad de
opciones para realizar un seismil en la zona, es este cerro el de más
fácil y práctico ascenso por cuanto se encuentra al lado mismo
de la ruta internacional a Chile.
Incahuasi (6640msnm)
Ubicado cerca del Paso fronterizo
de San Francisco, desafía cada año a aquellos que de lugares lejanos
llegan para alcanzar su cima. Constituido entre tantos como santuario de altura,
desde su cumbre se rescató una estatuilla que formaba parte de un tradicional
ajuar funerario, hoy exhibida en la sede del Banco Nación en la ciudad
capital de Catamarca.
Fotografía: Fabián González jefe de expedición. (Foto de archivo)
