Tras su cumbre en el Cho
Oyu, su primer ochomil, el pasado 7 de Octubre, ya en Buenos Aires y en medio
de una prolongada recuperación de las secuelas que le dejó la
"Diosa Turquesa", Adrián Sanchez, representando al Centro Andino
Buenos Aires, muy amablemente nos atendió para contarnos un poco acerca
de esta maravillosa experiencia que le ha tocado vivir. Aquí les acercamos
entonces el testimonio de Adrián y el detalle de todo lo vivido en su
experiencia en Nepal.
Una nueva experiencia
en la meca del montañismo mundial. ¿Qué sentiste Adrián
al llegar a ese lugar, el gran sueño de todo montañista?
Una enorme felicidad. Un
sueño cumplido. Cada paso en Nepal y en China era revivir mil lecturas,
esas que leemos en webs, en revistas y los libros. Todas las noches al acostarme
me costaba conciliar el sueño, era todo demasiado intenso. Creo que Marce
(Marcelo Julián Hernández) se debe de haber cansado de escucharme
decir "no lo puedo creer".
¿Porqué
elegiste el Cho Oyu?
Soy docente. Cuando uno
necesita aprender algo, debe ir paso a paso. Sin saltear etapas. Si quiero subir
una escalera saltando y en el primer intento salto 8 escalones juntos, lo mas
probable es que pierda "las dos paletas" en ese intento. Por lo tanto
hay que hacer los pasos lógicos, primero 1, luego 2 y así continuar
hasta que encuentre el limite. Por lo tanto, ya nos habíamos preparado
hace varios años para dar el salto al Himalaya, pero por el estilo, tenia
que ser a uno sencillo (sin desmerecerlo), que fuimos al 8000, en teoría
mas fácil.
¿Cuando surgió
en ti la idea de ir por el Himalaya?
La idea no fue mía,
en el 2001 Pablo Minteguia con el entusiasmo que lo caracteriza, me invito a
participas en la Expedición al Pamir, el objetivo subir un 7000, para
en el 2002 ir a un 8000. La Expedición a Kirgistan pudimos concretarla
y el 8000… tenia un plazo fijo, que sigo cobrando los Boden 2012..!Varios
años después reflote la idea y cuando estaba todo encaminado,
en la temporada de verano congele un dedo del pie y otros problemitas mas (Volcán
Tres Cruces). Que se volvió a cancelar.
En este 2010 fue mas sencillo,
el año anterior dije en febrero cumplo 35 años, con Pablo siempre
decimos que el alto rendimiento en esta actividad comienza a esa edad y justo
coincidía con los 60 años del C.A.B.A.. Que la decisión
fue mas sencilla. Hablamos con Martín (Martín Ruiz Moreno) y nos
preguntamos ¿estamos dispuestos a renunciar a los trabajos? ¿estamos
dispuestos a vender todo para irnos? Y ambos respondimos SI..! que pusimos el
acelerador, comenzamos reflotar lo que habíamos armado hacia unos años
y dijimos "ahora tratemos de no renunciar y vender lo menos posible.
Sabemos que es complicada
una expedición de este tipo para nuestro país, me estoy refiriendo
al tema económico y de auspicio ¿Tuviste buena respuesta al respecto?
Si, seguramente nos hubiera
gustado no tener que desprendernos de tantas cosas. Pero la realidad es que
visto ahora estuvo bastante bien. Tuvimos tres auspiciantes importantes que
brindaron productos: DOITE, GATORADE y FROMT LIMIT. Varios mas secundarios y
mas de 40 amigos que colaboraron como pudieron. Que aprovecho el espacio para
publicar algo que le envíe a los amigos y que fue nuestra sensación
en este viaje: …tuve en la montaña dos compañeros de lujo
como Marcelo y Martín. Pero todo este periodo desde que comenzó
el proyecto hasta hoy fuimos muchos mas…
"En los compañeros de escalada es en donde radica la verdadera fuerza
de una expedición, mucho mas que en un completísimo y moderno
equipo o en algún preciosismo técnico. Compañeros en los
que prefiero no tanto su excelente destreza física y un cuidado estado
físico, sino una gran dimensión en su disposición anímica
y mental, capaz de sobrellevar con alegría los esfuerzos propios que
demanda la montaña y resistir sin desmayos, los embates que la naturaleza
pone a nuestro paso, en el logro de un objetivo." Guillermo Vieiro Andinista
del Centro Andino Buenos Aires . En esta experiencia la clave del éxito
fueron mis compañeros Marcelo, Martín, Juliana Eguia desde Bs
As, Héctor Cuiñas Presidente del CABA y otros 40 compañeros
y socios que desde Argentina hicieron posible esta expedición.
¿Y con qué
te encontraste al llegar? Me refiero al tema cultural, social, ¿Era lo
que esperabas ver?¿Cómo es la gente?
Es una experiencia única,
a Nepal fuimos por tierra y tras venir de la India, el cambio es notorio y agradable.
El trato de los Nepalíes es muy bueno, tienen clarísimo que viven
del turismo. La parte cultural, templos, estupas, ciudades medievales es increíble,
yo que digo que el turismo lo dejo para "después de los 60",
estaba mas que "chocho", sacando fotos, consultando libros, etc. Lo
social es como todo, depende con que se lo compare, Argentina esta 10 puntos
comparado con ellos, pero si lo comparamos con lo que vimos de la India, están
muy bien. En 48 horas en la India no vimos ninguna ambulancia, en 5 horas en
Nepal, cruzamos 8..!
Un caso aparte es China
– Tíbet, el 90% del contacto fue con los encargados del CTMA (Asosiacion
China Tibetana de Montaña) que ya cobraron y el trato deja bastante que
desear.
El resto se ve la gran maquina China que avanza a pasos agigantados, con rutas
increíbles, colegios, centros de salud y mil construcciones comunistas
(enormes y cuadradas).
Vamos ahora a la expedición
en si. ¿Cómo te trató el tema de la aclimatación?¿Que
diferencia encontraste respecto a lo que estas acostumbrado aqui en Los Andes?
Mejor imposible. Una muy
buena frase seria la de Martín: "si fuera el Aconcagua a esta altura
ya habría tomado 2 blister de analgésicos, llevamos 30 días
y no tome ni una aspirina"
Fuimos muy tranquilos, dábamos
un paso cuando dormíamos bien en el anterior. Para tener una idea el
día 19 de Septiembre montamos el C2 a unos aprox. 7135 m.s.n.m. cargando
todo y pasamos la noche en el mismo. El 6 de ese mes recién fue la primer
noche en la altura, o sea en 13 días estábamos durmiendo mas alto
que la cumbre del Aconcagua. Hasta Martín se dio el lujo de pasar la
noche a 7000 sin la bolsa de dormir (uso el enterito).
La altura se siente mucho
menos. No dejemos de tener en cuenta que estuvimos mas días. Pero el
ABC (campamento base avanzado) esta a 5700 m.s.n.m. y estábamos igual
que en Plaza de Mulas (Aconcagua) a 4350 m.s.n.m.Ya
Cuiñas antes de partir me dijo "la diferencia mínima son
500 metros de desnivel" y como en todos los concejos que nos dio antes
de partir no se equivoco.
Estar a 7500 es el equivalente a la cumbre del Aconcagua y seguramente me quedo
corto.
Pero por otro lado el exceso
de permanecer en la altura, esperando la posibilidad, el ir sin oxigeno, el
stress de no saber si estábamos haciendo lo correcto (en quedarnos),
me dejo varias secuelas. Luego de la cumbre y el descenso al C1, sumado a mucha
tos y el agotamiento extremo, quede con una distensión o desgarro en
los músculos respiratorios (falta tomografía), perdida de 20 kilos
(ya recupere 7), hormigueo en los 10 dedos de los pies, inflamación del
nervio femoral de la pierna izquierda y unas cositas mas. Que viendo como estoy
en este momento, diría que el balance es positivo, pero hay una diferencia
notoria con el deterioramiento en los Andes.
Sabemos por todo lo
que hemos leído en estas últimas semanas que no fue una temporada
precisamente propicia para intentar cumbre tras un monzón extremadamente
duro. ¿Cómo lo viste tu, era realmente complicado?
Las respuestas podrían
ser dos. Una la sensación durante todo el viaje y la otra ahora con el
objetivo cumplido.Al
ser mi única experiencia en un 8000 es difícil poder ser objetivo.Mis
compañeros y yo venimos de la escuela que "hay que estar siempre
preparado para lo peor". Además le podemos sumar que vivimos a mas
de 1000 kilómetros de las montañas y como cuando nos vamos un
fin de semana largo a la altura:…
hay mal clima y todos los locales dicen: "vuelvo el fin de que viene",
nosotros decimos: "recién puedo volver en 3 meses", probemos
hasta donde podamos…
Nosotros lo que vimos en
el Cho Oyu fue, que casi todas expediciones comerciales, la gran mayoría
van con solo un mes para intentarlo y en este caso, los que tenían que
volverse los primeros días de octubre el tiempo fue insuficiente. Por
otro lado cuando los Chinos comentaron que las cuerdas fijas no se pondrían,
sumado a las fechas de los vuelos, fue la frutilla para tomar la decisión
de retirarse.
Fueron muy pocas las personas
que pasaron el C2, las avalanchas fueron una realidad, pero la gente solo se
guío por los comentarios de terceros y no se acercaron ni siquiera a
evaluarlo ellos mismos.
Cuando decidimos quedarnos
fue porque dijimos: ¡Esto es un 8000! No esperamos, ni vinimos por algo
fácil. El resumen seria no me pareció tan duro, pero el poder
acceder a la cumbre, fue gracias al esfuerzo y riesgo que corrieron los que
pusieron las cuerdas fijas, que los agarraron las avalanchas y nos limpiaron
la ruta. Si estos muchachos no se hubieran mandado, hubiera sido una temporada
imposible.
¿Que nos puedes
contar acerca de los días en el CB y la preparación de los campos
de altura?
En el ABC para lo que nosotros
estamos acostumbrados, fue un lujo, pudimos contar con una carpa comedor, anafe,
mesa y tres sillas. Que mejor imposible. Los días transcurrían
entre varias y eternas rondas de mates. Levantándonos con la salida del
sol y acostándonos apenas se ocultaba. Disfrutamos mucho del entorno,
el estar en el Himalaya, casi todas las mañanas al salir de la carpa
y ver las banderas de colores, yaks y los enormes colosos que nos rodeaban era
una realidad que habíamos anhelado por años.
El preparar los campamento
de altura fue igual que en los Andes, no nos exigió mas que una de las
grandes de America, la gran diferencia era que el resto de los occidentales
van sin carga y nosotros hasta el cuello. Para montar el C1 usamos un tibetano
que nos subió parte de la carga y nos permitió ir con unos aproximados18
kg. Pasamos la noche y después descendimos. El tiempo de marcha fue el
50% de la media de la montaña. Lo que nos dejo ilusionados con lo que
vendría a futuro. Tras unos días de recuperación, volvimos
a subir al C1 y el montar el C2, ya nos hicimos cargo de todo el peso (24 kg
aprox.) y en unas aprox. Cuatro horas me encontraba peleando con la pala en
el campamento. Pasamos la noche y descendimos. Luego fue esperar, esperar y
esperar a que llegara el momento.
Nos podrías relatar con tus palabras como fueron esos momentos próximos
a la obtención de la cumbre y bueno, lo que quieras decirnos de tu experiencia
mas alla de las preguntas …
El viaje comenzó
con Marcelo Julián Hernández, partimos de Buenos Aires el 24 de
Agosto, realizamos escalas en Londres, Frantfurt, Madrid, Munich, Londres y
Dehli, los motivos fueron varios, los principales eran retirar el equipo de
los sponsors y bajar costos. Sin lugar a dudas la idea de hacer turismo fue
una de las principales causas por las cuales realizamos este interminable raly,
pero evaluado posteriormente, solo sumo cansancio y varias noches incómodos
durmiendo en los Aeropuertos.
Una ves en Nueva Delhi por
un tema de presupuesto y turismo decidimos ir por tierra hasta Nepal y aquí
comenzó la aventura, esa que a los montañistas nos hace sentir
vivos, en varias oportunidades intentaron estafarnos y en al menos 3 oportunidades
robarnos. Solo la suerte, las soluciones increíbles de Marcelo y reacciones
agresivas en contextos desfavorables nos evitaron perder parte de los 80 kilos
de equipo que trasladábamos.
Cuando logramos abandonar
la India para pasar a Nepal, fue el clásico tramite rió de aduana
y las soluciones mágicas que apuran los tiempos. El agente Nepalí
ve el pasaporte y de golpe se da cuenta que somos Argentinos… MARADONA
… Messi y todo solucionado rapidito, solo hablamos del genio… Gracias
Diego.!
Esta transición la vivimos con gran alegría, pasar de un paisaje
desolado, pobre o un verde enérgico y prospero.
Varios días por las callecitas de Katmandú, nos renovaron las
energías, templos de todo tipo, banderas de oración por doquier
y una ciudad medieval muy bien conservada fueron los centros de atención
de nuestras cámaras fotográficas.
Tras varios días
comprando las provisiones, armando los barriles y tratando de no dejar ningún
detalle librado al azar, el 4 de septiembre partimos a la Republica Popular
de China, el Monzón (época de lluvias) nos mostraría gran
parte de sus fuerzas, destruyendo caminos, rutas y llevándose varios
coches con sus aguas.
Con equipo mínimo
(comparado con las expediciones comerciales) partimos con Marcelo y Martín
Ruiz Moreno. La idea de la expedición era festejar el Bicentenario de
la Patria y los primeros 60 años del Centro Andino Buenos Aires (C.A.B.A.).
Para ello el planteo de la misma era ir lo mas Alpino posible, sin servicios
de base, sin oxigeno, sin sherpas y evitar todo contacto posible con las cuerdas
fijas.
Tras varios días
pasando por algunos pueblos y campamentos para aclimatar llegamos al ABC (campamento
base avanzado) a unos increíbles 5700 m.s.n.m.
La altura nos recibió
con los brazos abiertos, la respuesta a la misma era mas que satisfactoria,
que rápidamente comenzamos a montar los campamentos de altura, para el
día 19 ya teníamos montados el C1 a 6400 m.s.n.m. y el C2 a 7135
m.s.n.m. Los tiempos de marcha eran muy buenos, en la mayoría estábamos
al 50% de la media y con carga.
Una ves equipada la montaña
(solo carpa, combustible y comida), el resto lo subiríamos y bajaríamos
en cada viaje, descendimos a descansar para intentar la cumbre dentro de la
siguiente semana, pero el clima, que maneja los tiempos a su gusto, tenia otro
destino para nosotros, el monzón se alargo, nevaba diariamente, nada
importante, pero la acumulación era el gran riesgo.
Pasaban los días y el clima no cambiaba.
Mientras tanto el CTMA (Asociación
China Tibetana de Montana) les había cobrado a casi todos (tres argentinos
se negaron a pagar) u$s 100 para fijar las cuerdas fijas en toda la Montaña,
cuando los Tibetanos intentaron cumplir el montado de las cuerdas fijas, comenzaron
a pasar los accidentes, en total 3, en el primero de ellos 12 tibetanos fueron
barridos por una avalancha y terminaron varios integrantes con fracturas. Otros
dos grupos días posteriores volvieron a correr la misma suerte, pero
el ultimo de ellos fue barrido muy cerca del primer Plateau, lo que permitiría
que cuando la nieve se asentara usar el cono como la llave a la cumbre.
Los días pasaban
y las condiciones no cambiaban, placas por todos lados, esperando que alguien
las cortara para ser arrastrado y en el mejor de los casos solo terminar con
algunas fracturas. Los días se acababan, la mayoría tenia pasajes
entre el 4 y 8 de Octubre (¿solo tenían 1 mes, para un 8000?)
y el 95% de los montanistas cuando se enteraron que no había cuerdas
fijas decidieron volverse a casa, como si para subir una escalera solo se pudiera
hacer con un pasamano, ni siquiera lo intentarían.
No lo podíamos creer
la mitad de las personas no paso el C1 y solo unos pocos avanzaron mas allá
del C2.
En ese mismo momento con mis compañeros exclamamos lo mismo "¿esto
no es un 8000?" es lógico que no sea sencillo, pero en este mundo
nosotros éramos los "raros", era normal parecer los desubicados,
¿a que nivel? Nos sacaban fotos porque Marcelo (un occidental) estaba
lavando papas..!
O las clásicas preguntas:
¿No tienen cocinero?
¿El baño?
¿Por qué llevan mochilas tan grandes?
Y varias preguntas mas…
Desde el primer día,
que decidimos intentar un 8000, el objetivo fue encararlo como cualquier gran
montaña de los Andes. Que por lo tanto no teníamos servicios de
campamento base, tampoco ducha ni baño, no llevamos tubo de oxigeno,
no usamos Sherpas y evitamos al máximo las cuerdas fijas.
Tras evaluar las condiciones
de la montaña y distintas posibilidades, Martín debe tomar la
decisión de partir a casa para volver a trabajar, Marcelo me seguirá
ayudando incansablemente, su objetivo es alcanzar el C1, que la decisión
esta tomada, esperare el momento oportuno, iré sin ningún compañero
conocido y si tengo suerte lograre la compañía de alguien.
"Con paciencia y perseverancia
se conquistan las montañas" M.K. Gandhi, pasa a ser nuestra frase
de cabecera.
Los siguientes días
enormes grupos de yaks retiran toneladas de equipo de las expediciones comerciales,
un Alemán se la juega, prueba la placa de la ultima avalancha y corona
la cumbre. Esta es la señal que estábamos esperando, conseguimos
un pronóstico y la ventana donde disminuye el viento es el 6 y 7 de octubre.
Con Marcelo partimos al
C1, aprovechamos que Martín ya no se encuentra y desarmamos una carpa
confortable del ABC para subirla y dejar de estar incomodo con las carpas de
una pared y ultralivianas.
Accedemos a el sin complicaciones, el ritmo de marcha pasa a ser menos de la
media y nos llevamos la grata sorpresa (ya lo suponíamos) de encontrar
este hermoso lugar de acampe casi desolado. Solo mucha basura… mucha..!
y unas pocas carpas.
Al día siguiente 5 de Octubre subo al C2, con pocos kilos en la espalda
(12 aproximadamente) en unas tranquilas 3 horas y 30 minutos, ya me encuentro
calentando el agua que subí para realizar unos mates.
Una vez todo listo me doy
cuenta que la yerba me la eh olvidado en el C1, que la única infusión
posible pasa a ser el clásico mate de coca.
Tras hidratar un poco, salgo a revisar la gran cantidad de basura que han dejado
en el campamento, recupero una maderita para el calentador, un aislante extra
y 6 garrafas de las grandes. Estos últimos hallazgos me permitieron darme
el lujo de contar con calefacción todos los días que permanecí
en el C2.
El día 6 a las 4
am aproximadamente, por una mal entendido espero unos 20´ a una de las
personas que saldría esa madrugada, partimos con temperaturas inferiores
a los – 30 ºC, en este intento de cumbre solo vamos las únicas 3
personas que nos encontramos por arriba de los 7000 m.s.n.m., un Ecuatoriano,
un Danés y yo. Con mucho frío y los dedos destemplados por la
espera comenzamos la marcha, el Ecuatoriano se hace cargo de la apertura (por
comentarios de el, lo haría hasta casi la cumbre). El avance se me hace
tortuoso, si destapo la boca puedo ir al ritmo deseado y sin problemas, pero
el dolor en los pies es enorme. Si protejo las vías respiratorias, los
dedos recuperan levemente, pero me sofoca, se me hace imposible poder mantener
mi habitual paso. Tras 2 horas de ascenso me encontraba a 7400 metros, grandes
dolores en los dedos de ambos pies, con síntomas de posibles congelamiento,
ya con algunos antecedentes y sabiendo que todavía faltaban mas de cuatro
horas para que me diera el sol directo, eran seguras las congelaciones, que
desisto para no arriesgar los 10 dedos de los pies.
En esa jornada el Ecuatoriano
abriría huella hasta los 8100 m.s.n.m. abandonando también el
intento por problemas en los dedos de sus mano izquierda, el Danés termina
el ascenso y desciende con congelaciones en los dedos de sus pies (según
comentarios a Marcelo en el C1).
De regreso en la carpa me
lleva casi tres horas recuperar los pies, desde el momento que entre a la carpa
el calentador no paro de fundir nieve, durante este día hidrate, hidrate
y seguí hidratando, el resto del tiempo comí y dormí. Las
pocas horas de marcha no me habían consumido, estaba enterisimo y decidido
que no quería tantas horas de frío extremo, que mis dedos no lo
soportan y que el dolor me baja mucho el ritmo de marcha, que aprovechando que
la ventana de buen clima continuaría el día 7 (vientos menores
a 40 km/h) partiría dos horas mas tarde.
A primera hora aprovechando
la huella del día anterior parto con una noche cerrada, solo era cortada
por el haz de luz de la linterna frontal, un par de medias extras y dos primeras
capas en las piernas y tronco me mejoran la temperatura, al llegar al lugar
donde se monta el C3, realizo una breve parada para tomar algo de bebida caliente,
en ese justo momento me doy cuenta que por un error el termo, cámara
de fotos, unos guantes de repuesto, parte de la comida de marcha me abandonaron
en el trayecto. Solo me queda disponible la comida y bebida que llevo dentro
del enterito. La posibilidad de regresar por ellos es nula, no se donde quedaron
y a donde los condujo la pendiente.
Que aprovechando el buen
ritmo sigo a toda marcha ("es altura", que el ritmo era caminar como
un viejo, para llegar como un joven). Con las primeras luces me encuentran superando
las bandas amarillas (franja rocosa que protege la parte superior de la montaña)
en este lugar y por miedo a una caída utilizo las cuerdas fijas, una
gran canaleta me lleva directo al cono de la ultima avalancha, y el punto clave
fue montarme a la placa rota, una ves superada respire tranquilo y me mentalice
que solo debo arrastrarme, se acabaron los peligros, solo queda el frío,
el viento y mis energías.
Desde el primer plato el
viento comenzó a jugar con mi humanidad, la sensación térmica
bajo drásticamente y se convirtió en una peregrinación
interminable. Desde que partí del C2 me guío por la huella que
han dejado los muchachos el día anterior, una gran escalera que es lo
que me permite poder mantener un ritmo constante de marcha. Ya sobre el plato
cumbrero, la huella se hace difusa, la visibilidad es casi nula, y la posibilidad
de ubicarme también, que saco el GPS y no responde. Le cambio las pilas
como puedo y lo meto dentro del mitón de plumas izquierdo. Voy sacándolo
cada tanto para ir siguiendo los wayponts hacia mi destino, a lo largo de esta
interminable travesía cuatro juegos de pilas me son necesarios para poder
confirmar que estoy a una altura superior a los 8200 m.s.n.m., confirmo la cumbre
con el GPS, la sensación térmica es incalculable, la nariz duele
mil veces mas que cuando se me fracturo hace ya unos años, me preocupa,
los dedos de los pies desde que llegue al plateau cumbrero me hacen sufrir en
cada paso, pero ya no queda nada, solo aguantar y recuperar calor y circulación
en el descenso.
Con gran esfuerzo con los
mitones de pluma saco del bolsillo derecho la celeste y Blanca, la cual flameará
por breves segundos intentando escaparse de mi mano, para luego clavar con las
pocas fuerzas que me quedaban una caña en el hielo y atando con mas maña
que fuerza en su extremo superior el banderín del Centro Andino Buenos
Aires, para festejar los primeros 60 años difundiendo el montañismo.
Quedando el mismo como testimonio de la cumbre, esperando el próximo
ascenso.
El descenso se vuelve una
carrera a toda velocidad hacia abajo, atolondrado esperando que los dedos comiencen
a recuperar, la ansiedad, el dolor intenso en los dedos y la falta de coordinación
hacen que termine realizando una rodada, la cual no termina con grandes consecuencias
gracias a la poca pendiente. Ya en la pendiente que une los dos plateaus comienza
el dolor intenso en los pies, inaguantable esa sensación de que comienzan
a recuperarse.
Prosigo comienzo a sentir
la falta de hidratación, el descenso de las bandas no es nada elegante,
parece mas a lo Tarzán tirando se por las lianas, que a un montañista
bajando. En el C3 donde la pendiente disminuye, el apuro, agotamiento hacen
que trastabille en varias oportunidades. Llego a las cuerdas fijas de este campamento
me agarro y me dejo caer en culí patín sujeto a ellas. Donde terminan
estas hay dos huellas, la de ascenso y la que había realizado el Ecuatoriano
para acortar camino, decido continuar por esta ultima, una profunda huella y
nieve en polvo facilita el descenso y me frena en la interminable cantidad de
caídas, hasta que de golpe un pequeño hueco me indica entre otros
indicios que se encuentra una grieta, seguramente este muchacho logro pasar,
pero "el pesa varios kilos menos" y me da toda la apariencia que no
me aguantara, que comienzo a realizar una travesía a mi izquierda para
regresar a la huella principal.
Tras varios minutos me encuentro
en el campamento, cansado, muy cansado, pero FELIZ. Observo que me falta el
grampon del pie izquierdo, no había sido consciente, pero era tal mi
estado de automatismo, que los últimos 300 metros de distancia los había
echo con un solo grampon, el cual tras una remontada psicológicamente
destructiva lo recupere para poder descender con seguridad al día siguiente.
El resto de la historia,
los pequeños detalles, el material fotográfico y fílmico,
los invitamos a verlos en el mes de abril de 2011.
¿Que planes tenes
para el futuro?
Recuperarme, estoy destruido.
Al corto plazo esta temporada si llego a recuperarme la idea es ir al Centinela
a alguna ruta entretenida. A futuro seguir haciendo esta actividad que tanto
me gusta.
Seria hermoso poder volver
algún día a otro 8000, pero nuestra realidad, los esfuerzos que
hicimos e hicieron otros, el recuperar nuestras economías, va a ser un
par de detalles que tendremos que volver a plantearnos, ya que nos privamos
y privamos a nuestras familias de muchas cosas para cumplir este sueño.
En este momento mi sensación
es, muy parecida a la frase de John Forbes:
"Mi corazón
ha quedado donde mi cuerpo no podrá volver jamás".
Muchas gracias Adrián
por este testimonio.
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Adrián Sanchez en el Cho Oyu |
Arco de ingreso a la planicie tibetana |
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Ascendiendo al C2 |
Atardecer en el C2 |
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Adrián Sanchez |
Campamento base chino |
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En la India |
Principal auspiciante de la expedición |
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Regreso de la cumbre |
Yaks |
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Cho Oyu |
El monzon y sus víctimas |
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Primer rampa tras el C1 |
Templo Budista |
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Uno de los últimos en partir |
C1 |
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