Carlos Pauner hacia la
cima del Manaslu
Carlos Pauner ha instalado
el último campo a 7.400 m después de once horas de ascenso para
partir esta noche hacía la cima del Manaslu (8.163 m).Está muy
cansado ya que ha sido una jornada muy larga haciendo varias paradas para beber
y tomar alguna barrita energética. Se han encontrado un trayecto muy
bien fijado por cuerdas y en cierta medida ha facilitado mínimamente
la ascensión. La meteorología ha sido más desfavorable
de lo que tenían previsto ya que les ha azotado una fuerte ventisca y
muy bajas temperaturas.
La llegada al campo IV ha
sido a las 14:00 (hora española), ha comido algo más sólido
y lo más importante, se ha hidratado bien bebiendo diferentes líquidos.
Sus compañeros de expedición Unai Llantada y Xavi Arias se han
dado la vuelta por diferentes motivos pero ya se encuentran descansando en el
campo base. Por ello, ahora Carlos se enfrenta sólo al Manaslu con Carlos
Soria (alpinista perteneciente a otra expedición).
Las 04:00 de la madrugada
(00:00 hora española) de esta noche, es la hora prevista que tiene el
aragonés para salir rumbo hacia la cima del Manaslu. “Va a ser muy
duro aunque me encuentro muy fuerte; pero creo que la decisión de alcanzar
la cima la tendrá el viento que sople mañana, esperemos que aguante”
señala Pauner con voz un tanto cansada pero firme y seguro de sus posibilidades.
Ahora sólo le espera
descansar unas pocas horas y partir hacia la cima para terminar esa batalla
con el Manaslu, que desde luego no se lo está poniendo nada fácil.
Argentina-España
hacia la cumbre del Cho Oyu
Los españoles Alvaro
Paredes y Xevi Gomez conjuntamente en expedición con el montañista
argentino Pablo Pilotta se preparan para el ataque final a la cumbre
del Cho Oyu. Según informan en la web de la expedición: "Esto
es una locura, todo el mundo está recogiendo en el Campo Base Avanzado para
volver excepto unos pequeños grupos que han decidido hacer una última intentona
entre los cuales está el nuestro. Los sherpas de las expediciones comerciales
se han plantado y han dicho que no suben, que la cosa está muy mal. Ahora hay
un grupo que va a hacer un ataque alpino y que están en el Campo 2. Nosotros
saldremos mañana o pasado en función de cómo veamos el tiempo, aunque parece
que la previsión para los próximos días no es mala del todo pero a partir del
día 5 vuelve a cambiar, así que la cumbre sería para el día 3 o el 4. "
Everest
Las avalanchas retiran
a Alberto Zerain del Hornbein
“La montaña
nos manda para casa”. Con este lacónico titular encabeza Alberto
Zerain el último post de su blog, publicado hace unos días después
de una larga y dura jornada en la que perdió la última oportunidad
de hacer realidad el sueño del Supercouloir Hornbein, en la cara N del
Everest… al menos durante esta desfavorable temporada postmonzónica.
Zerain y Juan Carlos ‘Txingu’
Arrieta se pusieron en marcha a las 5 h de la mañana, después
de una noche de fuerte viento e intenso frío, con destino al inicio del
corredor de los Japoneses. “Mientras subíamos hacia la rimaya, por
la derecha, una avalancha enorme dio los buenos días al nuevo amanecer
que nos saludaba”, cuenta el propio Zerain, “menudo desayuno que nos
ofrecía la montaña; a nosotros nos puso los pelos de punta y a
los bastones que habíamos dejado más abajo los aparcó en
otro lugar”.
Un revolcón de 100
metros
La narración del
fuerte alpinista vasco es escalofriante: “Mientras nos decidíamos
desde la rimaya a comenzar el corredor de los Japoneses o no, continuamente
iba cayendo nieve spray de la entrada a la ruta. Esta nieve es experta en colarse
por cualquier sitio y dejarte helado, además de blanco. En ese momento,
le comenté a Txingu si no sería mejor subir al collado Norte del
Everest por aprovechar el día. Con la vista estábamos evaluando
el itinerario más asequible cuando desde el corredor Norton una avalancha
atravesó el plató hasta rebañar unos seracs que cuelgan
más arriba. Al final, el viento terminó por expulsar también
la nieve que quedaba suelta en el corredor de los Japoneses y nos la echó
encima. Bajamos rodando junto con esa nieve polvo casi 100 metros a la deriva,
mientras notábamos en nuestros cascos la caricia de algunos trozos de
hielo”.
El montañero reconoce que “la tensión era difícil
de dominar ante el acoso de la montaña”. Pero ahí no quedaba
todo; el Everest todavía tenía qué decir: “Ya nos
íbamos de vuelta con las orejas ghachas cuando miro hacia el corredor
y ahí venía la segunda versión, la hermana mayor. Como
estábamos bastante abajo, pudimos correr y poner distancia de por medio.
Esta vez se tuvo que conformar con salpicarnos y nublarnos la vista”.
Regreso sanos y salvos
Alberto Zerain y Juan Carlos
Arrieta pudieron salir finalmente indemnes de los constantes ataques de la montaña,
y acarrear su material los 30 km de glaciar y morrenas que los separaban del
campo base chino. “Ante este experiencia no queda otra que asumir con humildad
la realidad”, dice, “después de más de 40 días
de esfuerzos y lucha en vano, hemos vuelto a hacer un esfuerzo más empujados
por una engañosa mejora de la climatología. Y es en esta ocasión
cuando hemos caído en la trampa que nos tenía preparada la montaña.
Nos manda ya para casa, pero al menos volvemos sanos y salvos”.