EQUIPO ALPINISTA:
Jon Goikoetxea
Iosu Feijoo
GUIAS:
Patricia Soto (Patty)
Crist Nance (JR)
Iosu Feijoo:
…el frió es intenso, acabo de cruzar otra grieta prácticamente
tapada por la nieve, el camino es peligroso, tengo que agudizar todos mis sentidos
sino quiero sufrir un accidente mortal…
Antártica Expedición Orange 2.007, este es el nombre con el que
Jon y Yo denominamos a esta nueva expedición.
Estamos inmersos en un proyecto Internacional que se llama “The seven summits”
o la escalada de la montaña mas alta de cada continente (Ver tabla).
El día 14 de noviembre vuelo yo primero para comprobar que todo el equipo
esta en perfectas condiciones, Jon Goikoetxea lo hará en el vuelo del
día 17 de noviembre.
El comandante de mi vuelo es mi amigo D. Pedro García Álvarez,
al que conocí hace 3 años en Anchorange (Alaska) al acabar nuestros
respectivas expediciones al Mckinley, desde entonces una verdadera amistad me
une a Pedro, es mas, su compañero de escalada el también comandante
de Iberia, D. Fco. Javier Martín-Sanz, fue mi compañero en la
cima del Everest, aquel 18 de mayo de 2.006, fecha imborrable para Javi y Yo.
En estos días de espera en Santiago de Chile, aprovecho para aclimatar
en los Cerros andinos cercanos con alturas superiores a los 4.000 m.
Por fin, el 17 de noviembre nos juntamos Jon y Yo en Santiago, y en solo unas
horas ya estamos aclimatando en los Cerros Andinos, al día siguiente
volamos a Punta Arenas, donde la agencia americana (ALE) que controla los vuelos
y escalada al monte Vinson revisa nuestro material, el día 19 lo introducimos
en la bodega del “Ilusyin” ruso y tenemos el “briefing”
con los americanos que nos explican las pautas de comportamiento ecológico
y cívico en la Antártica.
El vuelo esta programado para el día 20 de noviembre y nuestra permanencia
en la Antártica es de 14 días.
Los días 20 al 26 el tiempo en la Antártica es malo y no podemos
volar, lo cual nos desespera y nos vuelve más pobres por el incremento
de los gastos, entrenamos en las montañas cercanas, pero no es lo mismo,
nosotros queremos ir al Vinson.
27 de noviembre: 8h 15´ (hora ZULU???) suena el teléfono en nuestra
habitación del hotel, lo coge Jon, y pega un salto, en 1 hora pasan a
buscarnos al hotel para volar, el viento en la Base canadiense de Patriot Hills
es de solo 8 nudos y la visibilidad es buena.
Debemos ir al aeropuerto vestidos al cien por cien con el traje de escalada
polar.
El “Ilusyin” ruso esta totalmente “pelado” por dentro, unos
asientos metálicos pegados a los laterales del avión y eso es
todo el mobiliario, todos, absolutamente todos los cables están al descubierto,
en el centro del avión, ocupando todo el pasillo central hay decenas
de bidones de combustible para repostar al aterrizar en Patriot Hills y poder
regresar.
Un ucraniano, con un rustico micrófono, mientras el avión corre
por el asfalto de la pista de despegue de Punta Arenas, nos explica las medidas
de seguridad a bordo, pero la verdad es que con ese bigote y ropa proletaria
de hace 20 años…nos entra la risa…
…Volamos, si, que placer, volamos hacia el continente helado de la Antártica,
dentro del avión el ruido es mas que ensordecedor, las 4 turbinas rugen
a su máxima potencia y pese a que nos dan unos tapones (el ucraniano)
yo ni me los pongo, para que…a los pocos minutos nos morimos de calor y
empezamos a quitarnos las botas dobles con botín de alveolite (tecnología
NASA), goretex, forros polares, etc.
El vuelo dura 5 horas, cruzamos el Cabo de Hornos, y luego el estrecho de Drake,
que es donde se juntan el Pacifico y Atlántico.
A los pocos minutos del despegue, yo, que ya es mi tercera vez en la Antártica
y me lo conozco, le digo a Jon que se acerque a la burbuja de cristal que hay
en el morro del avión, (abajo) donde va un observador (creemos que es
el radio operador), desde ella se ve el Océano y luego el Continente
helado. También subimos a la cabina donde los pilotos ucranianos (por
cierto muy atentos y encantadores) en su chapurreante ingles nos explican todos
los detalles de vuelo.
Nos preparamos a aterrizar, a través de la ventanilla solo se ve un desierto
blanco, frió, helado, el avión va perdiendo altura, el ruido es
atronador, nos sujetamos con los cinturones de seguridad, vamos contando los
segundos hasta que sentimos como las ruedas tocan el duro hielo y el avión
corre y corre por la pista helada muchos kilómetros, con la “inversora”
al máximo, hasta que al final nos detenemos.
Suspiramos (todos).
Se abre el amplio portón trasero y entra un frió glaciar, nos
quedamos paralizados, luego se abre la puerta en la proa del avión y
bajamos al hielo.
El hielo es azul, azul, y duro, duro, tan duro que debe soportar el peso de
este gigante con alas.
En pocos minutos el staff de la base se acerca con motos de nieve y descargan
todo el equipo, Jon y Yo caminamos hacia las tiendas de Patriot Hill.
Nos recibe el jefe de la Base que nos da la bienvenida y nos da buenas noticias,
en 4 horas nuestra “twin otter” nos va a llevar hasta el Campo Base
del Vinson Massif, por lo tanto nos invita a comer y a descansar algo.
Aquí en esta época del año las 24 horas son de luz solar
total, pero Jon y Yo estamos tan nerviosos que ni tenemos sueño, ni nada,
solo queremos ir a nuestra montaña.
Con puntualidad británica nos embarcan en nuestro avión bimotor
con patines para volar durante una hora hacia el CB.
Jon no para de hacer fotos, yo estoy algo mas serio.
Se encienden los dos motores, la “twin” corre dando saltos por el
hielo y en unos eternos segundos volvemos a elevarnos ¡que viva Bernoulli¡.
Este vuelo me trae hermosos a la vez que duros recuerdos, pues es el que realice
5 años atrás cuando alcance andando el Polo Sur Geográfico
tras recorrer “The last degree” arrastrando mi trineo. Ahora voy en
otra dirección y en la lejanía solo veo miles de montañas
vírgenes (nunca escaladas), blancas, relucientes, el mar de nubes esta
debajo nuestro, parece una estampa de un mar en calma, totalmente blanco. Este
paisaje nos deja sin palabras ante el espectáculo de hermosura que nos
brinda la madre naturaleza…
El piloto nos indica que vamos a aterrizar, nos agarramos al asiento, vamos
con cinturones de seguridad pero se ve tan frágil este pájaro
metálico…tocamos hielo, saltamos, volvemos a tocar hielo, saltamos,
así varias veces mas hasta que se estabiliza y los patines se deslizan
por la inmaculada nieve, bruscamente, nos detenemos. Otra vez salvados, pienso
yo.
Estamos en el Campo Base del Vinson Massif a 2.200 m. de altura.
La temperatura en el exterior es de -20º bajo cero.
Hace frió.
Nos bajamos, y ayudamos a descargar nuestro equipaje, nos espera Patty, nuestra
guía para subir esta montaña, no es que Jon y necesitemos guía,
pero la agencia así lo estipula, (y te cobra).
Patty es encantada, es de Santiago de Chile, ya ha acabado The Seven Summits,
de hecho es la primera mujer sudamericana en conseguirlo y unas de las pocas
del mundo, es muy pequeñita, y delgada, pero su sonrisa de bienvenida
es calida.
Me cae bien.
Nos lleva a nuestras tiendas de campaña y nos explica las normas de este
campamento.
Básicamente son: Para hacer “pipi” si estas en la tienda de
campaña orinas en tu “pipibote” y luego lo vacías en
el “pipihole” señalado con una bandera roja a unos 100 metros
de nuestras tiendas. Si quieres hacer “pipi” durante la escalada,
idéntica operación en el “pipibote” y luego se vacía
en los diferentes (2) “pipiholes” así se garantiza que ningún
cliente/alpinista deja su amarillo rastro aquí en la Antártica.
Para los residuos sólidos idéntica operación, salvo que
nos entregan unas bolsas de plástico con el “kit” completo
para nuestras deposiciones, deposiciones que llevaremos con nosotros durante
toda la expedición, para al finalizar la misma, llevarlas con nosotros
a Chile. Aquí no se deja ningún tipo de desperdicio.
Yo ya conocía esta medida de mis experiencias anteriores, aun así
a Jon y a mí nos parecen correctísimas.
De hecho este pedazo de planeta después de nuestro paso sigue limpio
y blanco.
Patty nos dice que como hemos perdido 7 días de expedición saldremos
mañana a primera hora hacia el C.I. arrastrando nuestros trineos.
Dentro de mi tienda de campañame me hago un análisis de glucosa
en sangre, ¡ah¡ se me olvido deciros que soy diabético insulino
dependiente tipo I, que necesito 4 inyecciones de insulina al día, sino…
también que soy el primer diabético del mundo en alcanzar andando
y arrastrando yo solo mi trineo, el Polo Norte Geográfico y el Polo Sur
Geográfico y también el primer diabético del mundo en alcanzar
la cima del Everest, si, si, un diabético deportista español…pero
como aquí lo que importa es el fútbol…
También conecto mi equipo de trasmisión vía satélite
que Orange (principal patrocinador) nos ha cedido.
Junto con mi medidor de glucosa Roche, estoy trasmitiendo vía satélite
mis niveles de glucosa en tiempo real a mi medico en Vitoria, todo un avance
en telemedicina.
Dormir se hace complicado, son las 3 de la madrugada, pero el Sol luce en todo
su esplendor, me meto en mi saco de dormir, me tapo con el plumífero,
pero me cuesta dormir, por lo menos descansare.
A las 9 de la mañana Patty nos despierta, vamos a la tienda comedor,
(estructura metálica), y además es donde esta los equipos de radio
y vía satélite y desayunamos, luego empezamos a preparar los trineos
para subir hasta el C.I.
Llevamos todo nuestro equipo de escalada, además de la comida para los
próximos 5 días, tiendas, cuerdas, combustible…
Salimos a las 13 horas, en nuestra cordada a ultima hora nos han incorporado
un francés, Jacques, que ya tiene 6 de las siete cimas y solo le queda
el Vinson…es el típico francés, pero nos cae bien, no habla
mucho…
Primero va Patty, luego yo, después el francés (por no poner “elgabacho”,
que es como le llamábamos) y por ultimo Jon.
Vamos encordados con una cuerda de 60 metros y 10 mm pero yo no me fió
de ir atado con quien no conozco…te juegas la vida.
Salimos, Patty pone un paso vivo, con lo pequeñita que es y nos lleva
a buen ritmo, la veo delante de mí y parece un pequeño robot,
uno, otro y otro paso.
La pendiente es siempre hacia arriba, ligera, pero hacia arriba, así
que el trineo tira hacia atrás, el paisaje es precioso, blanco, parece
sacado de la lavadora, el cielo azul claro, el Sol como siempre brillando a
tope, muy bajo (solo 28º) por eso aquí al incidir los rayos tan
oblicuos hace este frió (Imaginate cuando son los 6 meses de noche).
Patty ya nos ha avisado, que este año hay muchas grietas y así
según vamos ganando altura nos vamos acercando hacia los seracs colgantes
que hay a nuestra derecha (seracs son grandes bloques de hielo, suelen desprenderse
causando avalanchas mortales).
Avanzamos en silencio, si paramos y no hablamos solo se oye nuestra jadeante
respiración y sino, nada…los trineos de unos 75 kilos se deslizan
suavemente, las grietas están muy tapadas (las pequeñas) pero
de vez en cuando, Patty para y con unas finas cañas de bambú con
una banderita roja, marca una grieta de las grandes.
Grietas que cruzamos en fila india, atados, si uno se cae nos arrastrara a los
demás hasta que uno de nosotros gracias al piolet lo hinquemos en la
nieve y detengamos la mortal caída. ¿O no?
Son grietas que se están abriendo, peligrosas, profundas, entre la nieve
acumulada por la ultima ventisca veo su azulado vientre, dispuesto a engullirnos
en el momento menos pensado.
Tensamos nuestros músculos, agudizamos los sentidos, rezamos, pues en
este maravilloso paraje estamos en manos del destino y de los caprichos asesinos
de la madre naturaleza…
Avanzamos rápido, Patty esta contenta con nuestro grupo, además
la agencia nos ha calificado del grupo fuerte de alpinistas que este año
quieren ascender al Vinson Massif y aunque es un honor, también es responsabilidad,
todos tenemos nuestro ego…por el contrario y fortuna, esto significa que
si se cumplen los pronósticos seremos los primeros de la temporada en
escalar el Vinson, abriremos la huella, la ruta y eso me gusta.
Jon no para de sacarme fotos y de gritar al vació lo extasiado que se
encuentra en este paraíso blanco.
Estamos solos y dependemos únicamente de nosotros.
Jon al igual que yo, lleva pegado en su cuerpo insulina de emegercia para mi,
aparte de la que yo llevo para casi 3 meses, y dentro de mi ropa…un autentico
incordio, pero es la única forma de que no se congele.
Tras cruzar mas de 200 amenazante grietas, llegamos al enclavamiento del C.I.
a 2.900 m. hay nos espera el guía acompañante de Patty y de la
agencia, un americano llamado Crist.
Nos recibe y también nos cae bien.
Lleva 4 días aquí solo, esperándonos.
Montamos las tiendas, acomodamos mejor la tienda comedor y nos vamos a descansar
antes de la única comida del día.
Estamos un poco cansados después de arrastrar los trineos, ya desde aquí,
Jon y Yo dormimos en un tienda juntos y el francés, solo.
Los guías duermen juntos (que no revueltos…mal pensados…)
Aquí los husos horarios no significan nada, pero bueno a las 12 de la
noche cenamos. Aquí la comida es Liofilizada. (Nutricare)
Gracias a Nokia, podemos hablar vía satélite con nuestros familiares
y también, como capricho, Jon y Yo tenemos unas Coca-Colas, que llevamos
dentro de los termos, sino se congela el liquido, para el ataque a cima, para
los curiosos, bebemos Powerade (que por supuesto llevamos en termos).
La insulina esta OK, lo cual me tranquiliza, mis niveles de glucosa, también
y Jon y Yo estamos muy motivados.
La cena es una sucesión de risas (salvo el francés, que no habla
ingles) y acabamos sobre las 4 de la madrugada.
El Sol luce a tope.
A dormir.
La temperatura es -25º bajo cero.
Al día siguiente, ya no importa la hora, después de desayunar,
nos tomamos el día de descanso, y descanso consiste en que levantemos
muros con bloques de hielo cuadrados, que cortamos con una sierra, muros para
proteger las tiendas, el “pipihole” es mas Jon y Yo hacemos uno para
chicos y otro para chicas y agrandamos la tienda comedor. (Si lo llegamos a
subir pasamos de “descansar”…).
Al día siguiente 30 de noviembre nos preparamos para subir al C.II.
Ya no usaremos trineos, lo cual quiere decir que lo llevamos todo en la mochila.
Es una subida fuerte, sobre dos rampas de hielo muy duro, con pocas grietas,
pero grandes y flanqueados a ambos lados por peligrosos seracs, de los que causan
avalanchas.
Vamos encordados en el mismo orden, Crist se pone el último. Los crampones
muerden el hielo con ganas, los piolets en la mano derecha, presto a ser usado
si alguien cae.
La pendiente se encuentra después de atravesar un gran plato, donde pega
el Sol (-25º) pero las rampas están a la sombra del monte Shinn.
Efectivamente en cuanto entramos a la sombra la temperatura desciende a -40º
bajo cero, nos ponemos las manoplas sobre las dos capas de guantes que llevamos
(lifa y forro polar con windstopped), solo asoma nuestra nariz, y la sentimos
fría, muy fría.
Paramos lo justo, vamos rápido, caminamos en silencio, el entorno es
precioso pero da miedo, estamos solos, y si algo pasa… el resto de alpinistas
de este año, van dos días por detrás de nosotros. (Bueno
llevamos walkies, celular vía satélite…).
Aun así, apelando a nuestra profesionalidad en siete horas de subida
muy duras y sufridas, llevando mochilas de 30 Kg. Llegamos al C.II. a 3.780
m. de altura.
El paisaje sencillamente es maravilloso, es de lo mas bonito que he visto jamas.
Lo primero montar las 3 tiendas, luego empezar a derretir hielo para poder tener
agua para beber y preparar los alimentos liofilizados (que ironía, estamos
en la mayor reserva de agua dulce del planeta tierra y sin embargo, si se nos
estropean los quemadores o nos quedamos sin combustible, podríamos morir
de sed…)
Muy cansados nos metemos Jon y Yo en la tienda, las previsiones parecen buenas
así que mañana, cuando nos de el Sol en la tienda, saldremos para
hacer cima.
Solo llevamos 3 días y ya vamos a intentar subir, cuando lo normal es
9 días…
Ceno poco y bebo menos, nos cuesta dormir y no paramos de hablar. Por fin caemos
rendidos y cuando a mi me parece que ha pasado muy poco tiempo Patty me despierta
(efectivamente solo he dormido 5 horas).
1 de diciembre.
Desayunamos, a mi me duele mucho el gemelo derecho, ayer llegue cojeando al
C.II.
Nos ponemos los buzos de ataque a cima, preparamos las banderas de los patrocinadores,
las cámaras de fotos, termos, “geles” de glucosa para “comer”
durante la subida, guantes de repuesto, gafas de repuesto.
Salimos.
El día es precioso, limpio, limpio, nos encordamos, en el mismo orden,
empezamos a andar, son rampas fuertes, muy inclinadas, hoy es una jornada de
unas 14 horas a -35º bajo cero.
A los 10 minutos de salir entiendo que voy mal, me duele mucho el gemelo y casi
no puedo andar.
Aguanto.
Subimos.
Sufro.
A las 4 horas, justo cuando hemos subido 300 metros, y hemos pasado una zona
de muchas grietas, muchas muy tapadas y traicioneras, mi gemelo no agunta mas,
me paro, nos paramos todos, y digo que me bajo. Además no siento los
dedos de la mano izquierda y estoy asustado por ellos…
Jon intenta convencerme de que no, pero es que no puedo dar un paso más.
Patty se baja conmigo.
Jon sale hacia arriba, nos abrazamos y con lágrimas en los ojos le deseo
toda la suerte del mundo.
Empiezo a bajar, Jon a subir.
En dos horas llego al C.II. Y Patty me da un anti inflamatorio y yo me doy masajes
en el gemelo.
Estoy solo dentro de mi tienda, estoy triste, esta es una oportunidad única
y aquí no se pueden desaprovechar los días. Patty me dice si quiero
comer algo y le digo que no tengo hambre, aunque si que bebo todo lo que puedo
(o tengo).
Las horas pasan lentamente, me quedo medio dormido en mi tienda de campaña
sobre los sacos de dormir de Jon y mío, estoy bien de glucosa en sangre.
A las 11 de la noche, a cien metros sobre mi, oigo la voz de Jon gritando hacia
mi, Josu…summit (salgo de la tienda) y veo el buzo color naranja Orange
de Jon bajando.
Nos juntamos, tiene el rostro roto por el esfuerzo, mocos congelados en la nariz,
pero esta feliz, nos abrazamos y le felicito de todo corazón.
Le doy liquido que he preparado para el, para que se hidrate, también
le doy a Crist y a Jacques, a los que felicito, han realizado la primera ascensión
de la temporada y encima han abierto una variante nueva a la ascensión
normal.
Estoy muy orgulloso de mi compañero de escalada y amigo.
Jon cena mucho, yo como lo que puedo.
Luego Jon me relata la ascensión, la nueva ruta, que envidia me da…me
dice que la arista es aérea, peligrosa, que hay que estar muy atento,
que es una jornada maratoniana.
Nos vamos a dormir, Jon se queda dormido al momento, y yo en mi saco, no puedo
conciliar el sueño, me asaltan dudas, tengo envidia de Jon, (¡ojo¡envidia
de la sana), el ya tiene 4 de las siete cimas, yo solo tres y no se si mañana
en mi segundo ataque a cima lo conseguiré. Al final me duermo.
2 de diciembre.
A las 8 de la mañana Patty da la orden de salir.
Ha subido Shaun un neocelandés que se va a sumar a nuestra cordada.
Después de un buen desayuno, (Jon ni se ha movido del saco) salgo, un
segundo antes Jon me dice:
-Animo campeón, hasta la cima, que tú puedes.
-Gracias, amigo mío, ya te contare…
Ahora si, salimos, y para mi es mi ultima oportunidad.
El gemelo lo siento mejor, lo positivo es que me encuentro muy fuerte nada cansado,
por el contrario los dedos de la mano izquierda no los siento, pero como no
están de color negro (aviso de amputaciones), sigo para arriba…(que
no, que no estoy loco…que lo nuestro es pasión por las montañas..)
Patty se coloca de “leader”, yo le sigo y a mi se me encordó
Shaun, me cae bien, es un autentico superviviente, ha realizado mas de 20 expediciones
a la antártica (Tatiana, mi mujer ha realizado 44 expediciones), ha vivido
3 inviernos antárticos, seis veces ha conseguido el Polo Sur geográfico,
pero no tiene la cima del Vinson.
Salimos, a Patty yo le digo que ponga paso rápido, que tenemos que ir
a por todas, las primeras rampas son conocidas para mi (Patty ha subido 2 veces
el Vinson, es todo un lujo de guía), el hielo esta mas duro que ayer,
pues durante la noche se ha levantado un poco de viento que ha hecho descender
la temperatura a -51º bajo cero. Subimos muy alegres, y lo mejor, el gemelo
responde, no da amagos de subirse…
A las 2 horas noto como la cuerda que me ata a Shaun se tensa, va flaqueando
y me pega fuertes tirones, que me descolocan y desequilibran sobre este hielo
tan duro que la punta de los crampones solo se clava un milímetro. Paramos,
le digo a Shaun que beba, que se relaje, que tiene que hacer cima conmigo.
Patty va bien y yo también.
En la lejanía las nubes crean un mar plano, blanco y reluciente, que
si lo miras sin gafas te ciega, por debajo del mar de nubes se que otros alpinistas
están subiendo para intentar pasado mañana la cima.
Patty y yo bebemos del mismo termo, lo vamos a compartir todo en este día
final, salimos.
He estado en 5 montañas de mas de “ochomil” metros aunque solo
tengo la cima de 2, y se lo que es estar en altura y también se lo que
pasa en estas latitudes por la baja presión existente, y si no lo veo
no lo creo, estoy solo a 4.500 m de altura y estoy caminando a paso “ochomil”
esto es, muy despacio, con pasitos cortos y muchas paradas…no me lo puedo
creer…
Así que ya se lo que toca, armarme de paciencia mental, pensar, recordar
y caminar…
…el frió es intenso, acabo de cruzar otra grieta prácticamente
tapada por la nieve, el camino es peligroso, tengo que agudizar todos mis sentidos
sino quiero sufrir un accidente mortal…
…Para mi lo de ayer no es una oportunidad perdida…sino una lección
mas aprendida…siempre he intentando aprender de mis “oportunidades”
perdidas para así al final hacer bien los deberes…
Shaun me sigue dando tirones, lo cual significa que no termina de coger el
paso, quizás por que no esta bien aclimatado o porque esta cansado, siento
lastima por el, pero yo no le voy a decir nada, si tengo que tirar de el para
que suba, ¡tirare¡ se muy bien lo que es no conseguir una cima y
las lagrimas internas que bañan tu interior…aunque egoístamente
hablando espero que se de cuenta.
Debemos parar muchas veces para que coga el paso, por fin a 4.650 m. de altura
Shaun nos dice que se baja, yo todavía (si es que soy tonto) le digo
que aguante un poco mas, que solo nos quedan 4 horas mas, pero Shaun nos dice
que esta roto, y que se baja.
Claro, Patty quiere hacer cima, encima conmigo…así que le dice que
si esta en condiciones de bajarse solo, dice que si…pero nosotros por su
seguridad le damos nuestro walkie y teléfono vía satélite
(vamos que nos quedamos incomunicados).
Shaun se baja, nosotros aprovechamos para comer, beber y un…
De nuevo en marcha, ahora vamos mas rápidos, hemos dejado atrás
la zona de grietas, y encaramos el final del segundo plató, la cima esta
enfrente de nosotros y se positivamente que voy a conseguirla, solo nos queda
la aérea y afilada arista cimera, pero eso no me preocupa.
El día sigue regalándonos unas vistas preciosas, la temperatura
esta subiendo y estamos a -31º bajo cero. Perfecto.
Patty y yo hemos acompasado nuestro paso, parecemos una maquina perfecta, la
cuerda me une físicamente a Patty, pero no hay cuerda que una esta espiritualidad
mágica, se y Patty sabe, lo que esta sintiendo el otro, la comunión
es perfecta, el objetivo es común…
Llegamos a la arista final, se trata de una arista de unos 150 metros de longitud,
de unos 40 centímetros de anchura, con una caída, según
se sube, a nuestra izquierda de mas de 700 m (vamos si te caes muerte segura)
y a la derecha, pequeñas rocas de no mas de 1 metros de altura que te
protegen de caerte… pues al otro lado.
Patty se para y me pide que vaya yo primero, por varias razones: la primera
que yo peso mas que ella (¡ojo¡que yo peso 65 Kg.) la segunda que
ella por mi curriculum sabe que en hielo escalo mejor que ella…no se, no
se…pero bueno…accedo.
La verdad es que la arista es disfrutona a tope, muy aérea, como a mi
me gusta, según subo y subo, tengo la sensación de estar volando,
el mar de nubes me trasmite esa sensación, el hielo esta durísimo
y ¡milagro de Dios¡ el viento ha cesado, elevo mi mirada y una vez
le doy a las gracias a mi papi en el cielo, por hacer las gestiones con…para
que nos regale este día.
Ya no sufro mas, puedo tocar la gloria, el final esta cerca, voy a coronar el
techo de la Antártica, una montaña difícil, peligrosa,
hermosa, desafiante, estoy sonriendo pese a las bajas temperaturas soy feliz…cuando
estoy a 3 metros de la cima me paro y le digo a Patty que pase ella primera,
por cortesía y por que es mi guía y quiero que este orgullosa
de su trabajo hacia mi…Patty se pone la primera y cuando esta a solo medio
metro, se para, se gira, coge mi mano, me da un tiron y entramos los dos a la
vez en la cima de la montaña de hielo azul.
¡Lo hemos conseguido¡
4.897 m. de hielo azul bajo nuestros pies nos contemplan.
