
Lo anunció hace pocos días. Una medida que traerá muchísima polemica y grandes controversias. Una decisión que no será fácil de implementar.
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump dijo que quiere cambiar el nombre de la montaña más alta de América del Norte, Denali, a su antiguo nombre, Monte McKinley. Si esto sucede, revertiría una decisión de la administración de Barack Obama en 2015 de honrar a los pueblos indígenas de Alaska.
En un evento de Turning Point USA en Phoenix el domingo, Trump dijo a la gente que el expresidente William McKinley debería tener su nombre restaurado porque fue un «gran presidente» que «lo merece». Añadió: «McKinley fue un muy buen, tal vez un gran presidente. Quitaron su nombre del Monte McKinley. Eso es lo que le hacen a la gente… El presidente McKinley fue un gran presidente, esa es una de las razones por las que vamos a recuperar el nombre del Monte McKinley, porque creo que se lo merece».
Según la CNN, Durante su primer mandato, Trump supuestamente les dijo a los dos senadores de Alaska en una reunión privada que quería revertir la decisión. Los senadores pidieron a Trump que mantuviera intacto el nombre de Denali.
La palabra Denali se traduce como Alto o Grande. El nombre de la montaña se cambió de Denali a McKinley en 1896. El parque nacional alrededor de la montaña se llamó Denali en 1980. Cambiar los nombres de las montañas por sus nombres indígenas originales no es nada nuevo.
El oficial de la Unión Theodore Winthrop escribió en 1862: “Kulshan, mal llamado Monte Baker por el vulgo, es un pico irregular, masivo, con forma de montículo, digno de ser un emblema blanco de paz perpetua entre nosotros y nuestros hermanos británicos. Su nombre lo obtuve de la tribu Lummi en su base, después de haberme sumergido en su olla en un banquete de salmón hervido. En cuanto a Baker, ese nombre debería ser olvidado. Las montañas no deberían ser insultadas al ser nombradas en honor a bípedos indistinguibles, ni por el prefijo de Mt.”
¿Como seguiría la historia?
Si bien no está claro si Trump cambiará el nombre de la montaña cuando asuma el cargo en enero, cambiar el nombre de una montaña, lago u otra característica geográfica en un parque nacional suele ser un proceso largo.
Se debe presentar una propuesta a la Junta de Nombres Geográficos de los Estados Unidos, lo que requiere una razón convincente para el cambio e implica recopilar las opiniones de los gobiernos locales, las autoridades estatales pertinentes y los grupos nativos americanos. Además, cualquier cambio de nombre probablemente tendría que ser aprobado mediante una ley del Congreso.