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"Hace
cuarenta años el hombre era muy humilde y no osaba pensar en una altura
mayor de 6.000 metros, veinte años después había llegado
a los 7.000, hace 10 llegó a los 7.500. La aritmética muestra
que detrás han de venir los nueve mil metros, y entonces el Everest será
vencido"
De la expedición al Everest de 1924
Una hazaña de esta magnitud, no
sería tal sin un mito que le otorgara la magia necesaria para darle aún
más personalidad al logro. Esta historia es parte del gran "mito
del Everest". Ese que probablemente nunca se llegue a develar.
La única manera que existe para
dar por tierra todo lo conocido y pegarle un durísimo golpe a la historia
sería que el cuerpo de Andrew Irvine apareciera algún día,
que junto a él también apareciera la cámara fotográfica
y que esa cámara guardase la "evidencia tan buscada" del día
de cumbre, allá, por junio de 1924. Pero eso, es ciertamente muy improbable
que suceda.
"Toda la
arista somital y la cumbre del Everest se hallaban despejadas. Mis ojos quedaron
fijos en el pequeño punto negro que se recortaba en una cresta de nieve
situada debajo de un resalte rocoso de la arista; el punto negro se movió.
Entonces apareció otro punto negro que se desplazó por la nieve
hasta reunirse en la cresta con el primero. Éste se aproximó entonces
al gran escalón rocoso y al poco apareció en lo alto; el segundo
le imitó. Entonces toda aquella fascinante visión se desvaneció,
una vez más, envuelta en nubes"
Estos fueron los dichos de Noel Odell,
el jefe de expedición de aquella expedición británica de
1924 que hoy nos toca rememorar, que no se sabe bien porqué ha pasado
tan fuertemente a la historia, si nunca se pudo comprobar el éxito de
la empresa. Odell dijo esto por aquel entonces, y fue lo mas contundente que
pudo haber dicho. Y precisamente esto que dijo constituyó el mayor testimonio
que contribuyó tan fuertemente a instalar el mito.
Esa fue la última vez que Odell y los integrantes de la expedición que aguardaban en el campo base vieron con vida a George Mallory y Andrew Irvine. Y luego, el silencio, el misterio y la complicidad del Everest, que decidió guardar para si mismo el gran secreto y ocultarlo bajo el manto de nubes.
El Chomolungma
Radhanath Sikdar fue un matemático
Bengalí que calculó la altura del "Pico XV" del Himalaya
en 1852 y descubrió que era la montaña más alta del mundo.
Se basó en cálculos trigonométricos y mediciones con teodolitos
desde unos 150 km de distancia, en la India. Estas medidas no pudieron hacerse
más cerca por la imposibilidad de entrar en Nepal. Se encontró
que el "Pico XV" tenía exactamente 29.000 pies (8.839 msnm).
El aumento arbitrario de 2 pies se hizo para que no diera la impresión
de que un número tan exacto podía ser una estimación.
Chomolungma es una palabra de origen
tibetano, que significa "Madre del universo". También llamado
Sagarmatha por los nepaleses, haciendo referencia a "La frente del cielo",
el Monte Everest fue nombrado finalmente en homenaje al geógrafó
galés George Everest en 1865.
De acuerdo a los registros ingleses de mediados del siglo XIX, el nombre local
en Darjeeling para la montaña era Deodungha, o "Montaña sagrada".
En los años 1960, el Gobierno de Nepal dio a la montaña un nombre
oficial en nepalí: Sagarmatha.
En 1865, el británico Andrew Waugh,
topógrafo general británico de la India, le dio el primer nombre
inglés a la montaña. Anteriormente se denominaba como "Pico
gamma", "Pico b", "Pico afilado h" o "Pico XV".
En aquella época, tanto el Nepal como el Tíbet se mantenían
cerrados a los viajeros extranjeros.
Escuché alguna vez, no recuerdo
donde, que alguien dijo que el Everest tenía la altura exacta, precisa
para poder ser escalado, en el sentido que se encuentra al límite de
las aptitudes del ser humano. De tener doscientos o trescientos metros menos,
sería muchísimo mas accesible para cualquier persona de lo que
lo es hoy, a pesar de los "problemas" que su concurrencia trae hoy
en día. Y de tener doscientos o trescientos metros mas, sería
prácticamente inalcanzable para el ser humano, en las condiciones que
hoy en día se lo intenta conquistar.
Lo cierto es que ya desde finales del
siglo XIX, el ser humano y en especial los británicos, con esa necesidad
de ser lo primeros en todo, se fijaron como meta al Everest.
Recién en 1922 podríamos
afirmar que la primera gran expedición estuvo verdaderamente cerca del
logro. En aquella oportunidad, el mismo George Mallory alcanzó los ocho
mil metros, muy lejos aún de la meta podría decirse, ya que los
ochocientos metros que aún restaban, a esas alturas, son simplemente
una eternidad.
La expedición
El año 1924 fue finalmente el designado
para el gran intento. Mallory trabajó durante 1923 en la tarea de promocionar
la segunda expedición escaladora del Everest con su gira por América.
Allí, donde personajes influyentes opinaban que subir esa montaña
no sería más útil que dar patadas a un balón, tuvo
lugar un diálogo que pasará a la historia.
-¿Por
qué escalar el Everest?, le preguntaron.
-Porque está ahí. - Fue su respuesta.
Este era el tercer intento de Mallory.
Ya con treinta y seis años, existían en su vida diversos factores
que "tiraban para atrás": su matrimonio, sus hijos, su puesto
de catedrático que acababa de obtener en Cambridge. Pero fue su "espíritu"
el que finalmente dió ediountazo final y allí estaba nuevamente.
A los veteranos se añadieron jóvenes.
Entre ellos Andrew Irvine, de 22 años, además de ser un
diestro mecánico de aparatos de oxígeno, se había comportado
de forma admirable en dos expediciones al Polo. A estas virtudes y su atlética
constitución, oponía su inexperiencia en la montaña.
Los expertos eran Mallory, Norton y Somervell.
Y lo tuvieron que demostrar tanto tomando decisiones, sobre todo debido a la
enfermedad que contrajo el jefe Charles Bruce, como en la práctica. Al
igual que en 1922, se decidió acudir en primavera e intentarlo sin tregua.
Al igual que en 1921 el mal tiempo fue persistente.
Fueron semanas interminables, donde el
clima jugó un papel decisivo y complicó absolutamente todo. Ya
en los últimos días, la suerte estaba echada y se formaron dos
grupos de ataque que intentarían por distintos caminos: Norton y Somervell,
que se habían recuperado mejor, lo intentarían sin oxígeno.
Mallory e Irvine esperarían unos días a que el primero descansara
y el segundo montara un par de aparatos más uno de reserva con restos
de aquí y de allá.
Somervell arrastraba una dolencia de garganta
que le hacía toser y le agotaba. Decidieron seguir un camino diferente
al de Mallory: en lugar de conectar con la arista noreste siguiendo la arista
norte, intentarían subir por el Gran Corredor, que en adelante se conoce
como Corredor Norton. Abrieron este camino hasta 8.570 metros, y sin oxígeno.
Como escribió John Noel, de nuevo historiador cinematográfico
de la expedición, se demostraba que "al hombre le es posible alcanzar
la cumbre del Everest por su propio esfuerzo y sin oxígeno artificial".
El turno de Mallory e Irvine comenzaba
en palabras de Norton "como una empresa desesperada". El propio Mallory
escribió: "La suerte está echada. De nuevo por última
vez avanzamos por el glaciar de Rongbuk en pos de la victoria o de la derrota
final". Lo hacía con sus últimas fuerzas, después
del desgaste sufrido. A juicio de John Noel, en cuya tienda había permanecido
sus últimos días en el campamento base apenas sin salir del saco,
no estaba en su mejor momento. Noel Odel y Hazard les cubrirían las espaldas
desde el Collado Norte.
El primer objetivo de Mallory tuvo éxito.
Instalar el último campamento, el C6, más alto que nunca. Fue
a 8.160 metros en las proximidades de la arista noreste. Una vez montado, mandaron
a los porteadores hacia abajo. Para el día siguiente, partiendo desde
tan arriba y con el temperamento madrugador de Mallory, todos confiaban en que
les daría tiempo de llegar a la cumbre. Desde su nido de águilas
fotográfico, John Noel sabía cómo iban a proceder y les
seguiría con sus telescopios y cámaras. Miró y miró
pero no encontró nada.
Noel Odell salió dos veces en su busca en dos días sucesivos. Por dos veces, una sin oxígeno, subió hasta el C6 esperando encontrarles y no fue así. Él estaba convencido de haberles visto llegar al Segundo Escalón, aunque cuatro horas más tarde de lo previsto. Por ello estimaba que consiguieron subir y que perecieron después. La última escena vista por Odell constituyó el alimento de todos:
"Toda la
arista somital y la cumbre del Everest se hallaban despejadas. Mis ojos quedaron
fijos en el pequeño punto negro que se recortaba en una cresta de nieve
situada debajo de un resalte rocoso de la arista; el punto negro se movió.
Entonces apareció otro punto negro que se desplazó por la nieve
hasta reunirse en la cresta con el primero. Éste se aproximó entonces
al gran escalón rocoso y al poco apareció en lo alto; el segundo
le imitó. Entonces toda aquella fascinante visión se desvaneció,
una vez más, envuelta en nubes".
Sí, esta fue la frase que constituyó
el alimento de todos, inclusive para futuras generaciones y para la propia historia
de conquista del Monte Everest.
El deseo de la cumbre que los expedicionarios
del 24, herederos de los extraordinarios esfuerzos del 22 y del 21, merecían
se mantuvo vivo hasta 1933. Entonces, quienes llegaron hasta la base del Segundo
Escalón tuvieron que bajar para contar lo inexpugnable que les pareció.
Además, localizaron el piolet de Irvine por debajo del Primer Escalón,
perdido lógicamente en el descenso. Así las cosas, no les podía
haber dado tiempo a subir y bajar, y Odell cambió su opinión.
Posteriormente, surgieron nuevas teorías que elucubraban sobre una separación
de los dos escaladores: uno de ellos, Mallory habría llegado a la cumbre.
En 1999, setenta y cinco años después
de aquella expedición, el cadáver de George Mallory fue encontrado
en la línea de caída del piolet de Irvine hallado en 1933. Quienes
lo encontraron habían realizado la expedición con ese fin, encontrar
el cuerpo de Mallory y develar el misterio que lleva ya noventa años.
El congelado pionero yacía boca abajo, entre las rocas, con la espalda descubierta, blanco como la cera y con la cuerda aún alrededor de su torso. En un bolsillo del cadáver había una carta, era de la esposa de Mallory. En el cuello de la camisa estaba bordado el nombre de Mallory, la prueba definitiva de que Mallory había sido encontrado 75 años después de su desaparición.
Un ascenso que no acabará nunca
(Por Reinhold Messner)
"La noche antes de la salida,
Mallory e Irvine debieron estar preparando los aparatos de oxígeno. Por
la mañana a las cinco salen de su tienda: buen tiempo, poco viento. El
peso de los aparatos de oxígeno: 17 kilos. A las 12:50 Noel Odell avista
al equipo de cumbre a través de un agujero entre las nubes. Estarían
en el Primer Escalón.
Después está el Segundo,
a 8.600 metros de altura, casi vertical, muy expuesto. No sólo todas
las expediciones británicas de antes de la guerra se atascaron aquí,
sino que en 1975 los chinos subieron a este muro largas escaleras de aluminio,
y con clavos las fijaron.
Esta y todas las expediciones posteriores
utilizaron estas ayudas de escalada y repusieron las viejas cuerdas fijas por
las suyas nuevas. El Segundo Escalón hasta el día de hoy no había
sido escalado en libre por nadie.
¿Pudo Mallory haberlo logrado
con sus botas de clavos y 20 kilos de peso a la espalda? Por cierto, al Segundo
Escalón debieron haber llegado tarde, demasiado tarde. Hasta la cima
desde ahí no hay dos o tres horas, sino una eternidad.
Mallory debía estar descendiendo
cuando se cayó de la Arista Noreste. ¿Arrastró a Irvine
con él? ¿O fue éste quien arrastró al héroe?
Todo apunta a una caída. Seguramente
también se acabó el oxígeno. Y quien camina demasiado tiempo
por la zona de la muerte, (y Mallory estuvo mucho tiempo allí arriba),
se siente como después de la anestesia, como si tuviera algodón
en el cerebro y parálisis en los músculos.
El muerto está bien conservado.
Falta la máscara de oxígeno. Las gafas de sol están en
su mochila, ¿una señal de que el accidente ocurrió al caer
la noche? ¿o en el delirio? El mal de altura no es un vicio incurable,
sólo es peligroso. Este final tampoco les sitúa en la cima, pero
¿quién sabe de antemano cómo termina un intento así?
Y el que no lo intenta, ni siquiera puede fracasar.
Ahora lo sé. Pero su acción pionera pertenece a los momentos cumbre del alpinismo. Lástima que no regresaran con los vivos. Su espíritu se quedó allí, como si su ascensión no acabara nunca."
El gran secreto del Monte Everest
El gran secreto es el que hace que una
hazaña, una epopeya de semejante magnitud, cobre aún más
magnitud. Y el Everest la tiene.
Imagínense ustedes si alguna vez
se comprobara que Mallory o Irvine alcanzaron en aquél junio de 1924
la cumbre del Monte Everest, ¿que sería de toda la historia que
luego sobrevino? Sería inadmisible, pero le daría un condimento
totalmente inesperado. No creo que eso vaya a suceder, ya que como dijimos al
comienzo, tendría que aparecer el cuerpo de Irvine y encontrar la cámara
de fotos con la tan preciada "foto de cumbre".
Hace un tiempo, el historiador y montañista
Tom Hölzel, se ha lanzado a una cruzada para realizar una expedición
con el objetivo de localizar el cuerpo de Andrew Irvine. En 1986, realizó
una frustrada expedición para dar con el cuerpo del escalador. Luego
de esto, basado en una foto de 1933 y otra de 1984, comparó ambas imágenes
y detectó un error en el área de búsqueda del cuerpo con
un error de unas 60 yardas respecto a la ubicación. Hölzel utiliza
tecnología de imágenes para comparar las fotografías y
descubrió que la ubicación del piolet de Irvine en 1933, proyectando
desde ese punto una caída del escalador, el área de búsqueda
estaba fuera de lugar por 60 yardas. Todo el mundo estaba buscando en el lugar
equivocado.
Hölzel cree que fue Irvine el que
tenía la cámara cuando ambos escaladores perecieron, por ello
que dar con su cuerpo podría significar el hallarla. Hölzel también
ha consultado a científicos de la empresa Kodak (marca de la cámara
que ambos escaladores llevaban) para saber como proceder en caso de encontrarla
en el sentido de minimizar los posibles daños que el manipuleo pudiese
ocasionar para que la misma Kodak llegado el caso, procediese a revelar las
supuestas fotografías.
Hölzel además, realiza un análisis respecto a las posibilidades que pudieron haber tenido ambos escaladores.
En ese sentido manifiesta: "Hoy en día, las conclusiones a las que se ha llegado respecto al éxito o no de esta expedición, no están muy del lado de los fanáticos de Mallory e Irvine. En principio se cree que Mallory, con el peso que llevaba y el tramo que aún le restaba completar no tenía posibilidades de lograrlo.
En el año 1971 en la revista Mountain Magazine número 17, hice un análisis de todas las subidas conocidas del Monte Everest. Son 69 segmentos en total. En ella se evalúa la utilización de oxígeno que Mallory e Irvine venían consumiendo y la velocidad empleada. A mi criterio, los análisis de la mayoría subestimaron profundamente las posibilidades de éxito de Mallory e Irvine. Muchos de los analistas pensaban que el peso que llevaban les había quitado muchas posibilidades de éxito. Lo que se puede observar en el estudio es que el 6 de Junio de 1924, la velocidad de escalada disminuyó vertiginosamente. Esto es lo que hizo que los analistas restaran posibilidades. Pero lo cierto es que empezaron a subir mas lentamente a medida que ganaban altura, incluso con el uso de oxígeno. Pero esto es prefectamente normal. Esto nos dice varias cosas.
En primer lugar, nos dice por qué
Mallory escribió al fotógrafo John Noel para estar en el puesto
de observación, cerca de la segunda etapa, para las 8 de la mañana.
No es porque él iba a levantarse a las 3 de la mañana para estar
ahí a horario, sino que debe haber calculado a qué hora estaría
allí, en base al desnivel a salvar, el consumo de oxígeno y la
altura en que se encontraba. Además, cuando se encontraron las botellas
de oxígeno posteriormente, el cálculo del contenido restante daba
un consumo de 275 pies por hora, un excelente tiempo, aunque no suficiente para
ambos escaladores, de lo que se intuye que solo uno de ellos fue en busca de
la cumbre, utilizando el gas de ambos montañistas. De allí se
infiere que fue George Mallory quien fue por la cumbre.
Con esto se solucionaba un gran problema.
La subida hasta el primer paso es un trabajo duro, pero técnicamente
fácil. Pones un pie delante del otro. Después si hay una elección
difícil : atacar a la travesía a la Segunda Etapa y es un trayecto
peligroso, muy expuesto y falto de protección. Es un tramo muy resbaladizo
que cae hacia la ruta del Gran Couloir . Mallory podría haber sentido
que lo lograría, pero no con Irvine, eso sería una carga inaceptable.
Por eso pienso que Mallory hizo lo
que Norton y Somervell habían hecho dos días antes en el otro
intento. Irvine se sentó y esperó en un lugar mientras Mallory
lo intentaba. Cuando éste no pudo continuar, regresó y se juntó
nuevamente con Irvine que lo estaba esperando. Este es el punto donde Odell
los ve con telescopio a ambos, en el primer paso. Para entonces, el intento
de Mallory ya había fracasado. Continuamos.
Al regresar Mallory estaba completamente
agotado. ¡Pero Irvine no! En este punto y ante el agotamiento de Mallory,
Irvine pudo haberlo intentado. Se llevó la cámara con el objetivo
de superar la segunda etapa. Esto es lo último que Odell pudo haber visto.
Un punto alejándose del otro
en el momento en que la cumbre se cubre de nubes para dejar oculto lo que verdaderamente
sucedió. En algún momento creo que se desató una feroz
tormenta de nieve y ambos empujaron hacia abajo. Luego sobrevino el accidente,
del cual sabemos que le sucedió a Mallory, que fue encontrado unos trescientos
metros por debajo del piolet de Irvine."
Es una teoría interesante. Pero
es eso, nada mas que una teoría. Lo cierto es que justificaría
el porqué el cuerpo de Mallory no guardaba la cámara fotográfica
y en consecuencia podría ser Irvine quien la tuviera. Pero de allí
a que tenga la foto de cumbre, bueno, hay una gran distancia.
Juega en contra de esta teoría el hecho que Irvine no era un gran escalador.
El experto aquí era Mallory y quien contaba con las mayores posibilidades
de conseguirlo. De allí que es fundamental para decifrar este enigma,
no tanto encontrar el cuerpo de Andrew Irvine sino que lo mas importante es
encontrar la cámara. Allí se encuentra (o no) la prueba fundamental
del día de cumbre, si es que existió.
Tal vez algún día aparezca.
Tal vez nunca aparezca. Tal vez aparezca y no se encuentre allí lo que
se busca, lo que no querrá decir que Mallory o Irvine hayan sido los
primeros en pisar la cumbre del Monte Everest, aquel 6 de Junio de 1924, en
ese caso, la incógnita persistirá.
La única manera de terminar con
este mito es que aparezca la gran foto. O que aparezca en la cumbre algún
"elemento" de Mallory o Irvine, esto ya está descartado.
Una más y que obligatoriamente
queda flotando en el ambiente. ¿Pudieron Edmund Hillary y Tenzing Norgay
haber encontrado "algo" de Mallory o Irvine en la cumbre?
Qué gran duda. Bueno, los mal pensados somos nosotros, ellos en definitiva
no hicieron nada para que se piense de tal manera. Pero también es una
posibilidad. En cualquier investigación, hay que tener en cuenta todas
las posibilidades.
En definitiva, Hillary y Norgay pudieron
haberlo sabido. Mallory e Irvine lo supieron con certeza, pero ya están
muertos, desde el primer momento y no pueden contarlo.
El único protagonista que sabe la verdad está hoy sobre la misma tierra, a 8848 metros hacia arriba, y guarda las pruebas y los recuerdos. Él tiene el verdadero testimonio de esta historia, y hasta donde sabemos lamentablemente, las montañas no hablan, solo existen para ser admiradas, escaladas y para guardar celosamente sus secretos.
Nota principal: http://www.alpinismonline.com/mz-notas.asp?id=10482
Versión imprimible: http://www.alpinismonline.com/mz-notas-print.asp?id=10482
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